Puro formalismo político

En la próxima sesión de investidura a la que se presenta el señor Nuñez Feijóo como candidato de la fuerza política más votada con 137 escaños y a propuesta del Rey y por lo tanto amparado por la actual Constitución, [y dejando aclarado este punto], el mencionado candidato se desdice y a la vez se contradice de una forma, eso sí, inteligente y sutil dentro de un galimatías legal, como mantenerse durante dos años al frente del gobierno con el único fin de salvar sus ambiciones políticas, por otro lado muy legítimas, pero a la vez excesivamente evidentes para un electorado que se da cuenta de ello y con el riesgo que supone de cara a unas elecciones anticipadas, o no, en relación con sus futuras posibilidades de ser presidente.

Los distintos pactos y mecanismos que utilizó el Partido Popular en algunas autonomías como Extremadura cambian de estrategia cuando se trata de pactar el gobierno de la nación y tendiendo la mano en este último caso a Junts, pero cuestionando por hacer lo mismo al PSOE y sumándose a ello otras fuerzas minoritarias. El señor Feijóo está dilatando los tiempos que la ley y la Constitución le permite, pero a la vez está jugando todo a una sola carta, consciente en su foro interno de que es así y de que la señora Ayuso le viene pisandos los talones.

Mariano Rajoy no se presentó a la investidura en su momento, pero él ya había sido presidente del gobierno y este no es el caso del señor Feijóo. Tenemos un plazo de dos meses desde el momento en que la investidura del candidato del PP pueda resultar fallida. A partir de ahí correrá el calendario para que el candidato del PSOE Pedro Sánchez pueda formalizar un gobierno cautivo de las formaciones minoritarias y de una oposición fortalecida sin la cual no podrá aprobar determinadas leyes sin una mayoria reforzada. España será una democracia plena el día que ambas formaciones lleguen a pactos de estado o incluso gobiernos de coalición, incluyendo a una mujer en la presidencia.

Cuatro diputados de Junts condicionan la vida política del país y la de dos formaciones que se les supone sentido de estado y que solo supieron mentir durante la campaña electoral, con una falta de pedagogía total y que, por cierto, el electorado les pide a gritos. El Partido Popular es la primera formación en el Congreso y con una mayoría absoluta en el Senado, pero tenemos un sistema político proporcional, no mayoritario, y por lo tanto es tan legítima la formación de un gobierno del Partido Popular como la opción de un gobierno socialista y las dos amparadas bajo el art. 99 de la Constitución.

Otra cosa muy distinta es que uno de los dos no tuviera los apoyos necesarios para gobernar, como así parece que es. Sirva de ejemplo la Gerigonza en Portugal entre los años 2015 al 2019, a pesar de que en aquel momento el bloque de izquierdas en el país vecino se negó a sacar adelante los presupuestos, se convocó por parte de Antonio Costa, Presidente de la República, elecciones anticipadas y sacando los socialistas portugueses mayoría absoluta.