¿En qué se parecen la presidenta del Parlamento de Catalunya y Mafalda?

Dicen que las cosas buenas se hacen esperar - ¿de verdad?-. Creo que en más de una ocasión es simplemente una excusa. La prueba la tenemos con la elección de la nueva presidenta del Parlamento de Catalunya, Anna Erra, en sustitución de Laura Borràs, por los motivos que ya conocen. De “cosa buena”, la verdad es que no tiene nada - para algunos sí, especialmente para los que la han propuesto-, porque es más de lo mismo: Borras-2, e incluso me atrevería decir que con más mala uva que su predecesora, que ya es decir. Su protector Puigdemont debe decir aquello de “si no quieres caldo, toma tres tazas”, que es el mensaje lanzado a los republicanos. Al resto de partidos les molesta, más aún a los de Junqueras pese a votarla.

Erra es una política con altísimo grado de intolerancia hacia los que no piensan como ella. En 2020 pronunció una frase que la califica: “Los castellanohablantes que viven en Catalunya son colonos, no son catalanes”. Con esta estrechez de miras, ¿puede ser la presidenta de la segunda institución de Catalunya? Lo es porque los que la han votado Junts y ERC, que tienen que”confirmar” su independentismo para no perder votos- han decidido que sea así-. Lo que significa que la “juerga parlamentaria está servida”, espectáculo asegurado.

La nueva presidenta en su discurso ante sus señorías dejó claro que la línea que va a seguir es la misma que Borràs: confrontación y circo mediático. Para marcar territorio en su primera intervención, negó la palabra al líder de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, una actitud de tolerancia y respeto. El mismo respeto que ha mostrado a todos los ciudadanos que no piensan como ella al realizar, al día siguiente de su toma de posesión, una visita a Puigdemont en Waterloo, para presentarle sus “respetos”, recibir instrucciones y visualizar que el huido es el que sigue teniendo el control. Un acto que indica que eso de la división entre catalanes-  para ella una parte colones- vuelve a estar en su agenda, como si no hubiera más problemas que resolver. Decía el político argentino Alfredo de Angeli que “las instituciones tienen que estar del lado del pueblo y no del partido del Gobierno”, Añadiría de toda la ciudadanía, porque al final, el respeto que ella reclama para la institución que representa es una calle de dos vías donde, si quieres recibir respeto, lo tiene que dar ella también. Eso de la ley del embudo no debería formar parte de los que se llaman demócratas y tienen responsabilidades, que no es cualquiera. 

Lo malo del problema con el comportamiento de Erra es que ERC, que no ha contado con los votos de Junts en la aprobación de los presupuestos, se apunte a reactivar la confrontación. Es una jugada pensada sin sentido de gobierno para todos, sino en clave de partido para recuperar votos. Una actitud que deja en muy mal lugar a los republicanos, aunque no les guste. Tener sentido de país es hacer todo lo contrario de lo que acaba de hacer. Hay una frase de Mafalda que dice: “Comprensión y respeto, eso es lo importante para convivir con los demás y, sobre todo, ¿sabes qué?, no creer que uno es mejor que nadie".

Con unas elecciones el 23 de julio, con las encuestas que dan como ganador al PP con VOX - aún hay que votar-, los de Puigdemont se frotan las manos. El PP hace subir a los independentistas, se ha visto. Quizás por eso, a ellos no les molesta el triunfo popular: “Cuando peor mejor”, que se dice.

Ahora bien, con este panorama no tan lejano, y el gobierno de Aragonés que no está muy allá que se diga, la pregunta es: ¿Tendremos elecciones en Catalunya en otoño? No lo descarten, puede que sea así, váyanse preparando.