El cambio climático sumergirá parte de las grandes urbes gallegas del Atlántico
La línea de costa será de los primeros lugares más afectados en caso de que el nivel del mar suba por efecto del cambio climático. Esto se traduciría en la desaparición de lugares, habitados o no, en la extinción de especies animales así como el aumento de los índices de contaminación en el agua y el aire. Por supuesto, la crisis humanitaria sería muy grave y muy difícil de superar eliminando fuentes de recursos económicos y de sustento
El cambio climático es una de las amenazas más graves que afronta el ser humano en el contexto contemporáneo, y con repercusiones especialmente críticas para las regiones costeras. En Galicia, la costa se enfrenta a transformaciones drásticas en las próximas décadas. Un informe de Greenpeace, titulado "Crisis a Toda Costa 2024", advierte que las playas gallegas comenzarán a desaparecer en la próxima década, lo que plantea serias amenazas a la vida, la economía y la biodiversidad en Galicia.
Impacto, causas y consecuencias
Las proyecciones sobre el impacto del cambio climático en las costas gallegas son importantes. Se anticipan daños muy graves para localidades como Vigo, A Coruña y Vilagarcía para 2030 (¡en cinco años!). El retroceso de las playas será de entre 20 y 30 metros en el año 2050 y es que las estimaciones apuntan a un aumento del nivel del mar de entre 20 y 30 centímetros hasta esa fecha, y de 50 a 70 centímetros para 2100. Los tramos costeros más vulnerables incluyen zonas como Foz, Viveiro, y la Ría de Arousa, donde la erosión y el retroceso costero amenazan la infraestructura y las comunidades.
Alberto Martí, profesor de la Universidad de Santiago y presidente de la Asociación Española de Climatología, señala que las temperaturas en Galicia seguirán en ascenso, lo que exigirá una adaptación forzada en diversos sectores, incluyendo la agricultura. Este aumento de temperaturas ya está provocando cambios significativos en los cultivos, con la expansión de viñedos y la introducción de nuevos cultivos que no eran tradicionales en la región, como el aguacate.
Entre las causas del agravamiento de la situación se destacan la urbanización descontrolada, la construcción de barreras artificiales, y el uso insostenible de los recursos naturales, no solo a nivel gallego, sino a nivel mundial. Estos factores han contribuido a desequilibrios en el entorno costero, exacerbando el retroceso y la pérdida de playas, lo que representa un riesgo para la vida de millones de personas tanto en la línea de costa como en el interior, pues este también se verá afectado por migraciones incontroladas, eliminación de áreas agrícolas y otros supuestos.
La contaminación en las rías gallegas complica aún más el panorama. Greenpeace ha advertido que el nivel de contaminación en playas y rías, como las de Arousa y Vigo, puede poner en peligro la biodiversidad marina. Esta situación ya repercute negativamente en la pesca artesanal y la producción de mariscos, sectores económicos ya bastante dañados. La pérdida de biodiversidad crearía un desequilibrio ecológico importante con la desaparición de especies pelágicas y marisqueras, además de que la alimentación humana se vería muy resentida, y a todo esto se le sumaría la pérdida de puestos de trabajo y poder adquisitivo.
¿Caben soluciones?
Las soluciones que se adopten no pueden ser solo puntuales, específicas, han de ser globales porque la subida del nivel del mar es mundial. Las propuestas para reducir riesgos pasan por una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero. Los cálculos arrojan datos de que así se podría evitar hasta un 40% del retroceso de las playas en todo el mundo. Greenpeace hace un llamamiento a la conservación y protección de las playas, argumentando que los beneficios económicos de esta inversión serían enormemente superiores a los costos asociados con la inacción.
La Xunta de Galicia dice haber iniciado diversas medidas para afrontar esta crisis. Ángeles Vázquez, conselleira de Medio Ambiente e Cambio Climático, sostiene que desde la implementación de la Estrategia Gallega de Cambio Climático y Clima 2050 en 2019, se ha logrado reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 19,5%. En tal caso, las políticas medioambientales no parecen desacelerar los efectos adversos, pues las temperaturas siguen aumentando y los efectos en la costa se pueden verificar en fenómenos como la erosión acelerada en algunas áreas.
El cambio climático y sus consecuencias representan un desafío crucial para la costa gallega. Así, los arenales que desaparezcan lo harán con toda la diversidad que poseen y esto supondrá una catástrofe humanitaria y económica. La necesidad de que todas las autoridades políticas y los sectores empresariales entiendan que es imperioso frenar el cambio climático, se vuelve cada vez más necesario. La ciencia y la conciencia colectiva indican un mensaje claro: el momento de actuar es ahora, antes de que los daños se conviertan en irreversibles.
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