El silencio de Repsol y Prosegur agrava la crisis en la seguridad privada de la refinería de A Coruña
El personal de seguridad de la empresa Prosegur, cliente de Repsol en el complejo petroquímico, celebran otra manifestación este viernes contra la inasumible carga de trabajo y los bajos salarios.
Sin novedad en el frente, pero con las mismas ganas de plantar batalla como el primer día. Este viernes, otro más, los encargados de velar por la seguridad en la refinería de Repsol en A Coruña vuelven a movilizarse ante la planta en defensa de una condiciones dignas y una mejor retribución, pareja a las responsabilidades que tienen que asumir los vigilantes de la compañía.
Es una nueva protesta en el marco del calendario anunciado por USO y UGT, que secundan las movilizaciones de los trabajadores, que para este 2 de febrero marcharán a partir de las 11 horas desde el Polígono da Grela-Rúa Newton hasta la refinería de Repsol, que tiene contratados los servicios de Prosegur para la seguridad del complejo, una infraestructura condiserada "crítica", como apuntaban los manifestantes a Galiciapress en el inicio de las protestas a principios de enero.
Los sindicatos argumentan que es el "bloqueo de las negociaciones" entre las dos firmas lo que los ha llevado a este extremo, toda vez que las condiciones laborales y económicas de los vigilantes de la refinería no han experimentado mejoras pese a las múltiples demandas del colectivo para que se revise su situación.
CERRADOS EN BANDA
"Consideramos inasumibles las condiciones económicas y laborales actuales de los compañeros y compañeras, teniendo en cuenta la especialización y nivel de exigencia existente en el servicio, por lo que hasta conseguir un escenario de negociación adecuado y los acuerdos necesarios para revertir la situación actual, prolongaremos la acciones sindicales necesarias por tiempo indefinido", inciden desde USO.
Por ahora, las empresas se han cerrado en banda al diálogo. Desde Repsol, en conversaciones con este diario, dejaban todo en manos de Prosegur: "Es algo que tienen que resolver en el seno de la empresa de seguridad". Por su parte, desde la firma de seguridad privada guardan silencio y no han dado respuesta a los intentos de Galiciapress por conocer su versión.
"Queremos que hablen del tema y busquen solución", reivindicaban los afectados, que se encuentran entre los pocos colectivos que no disponen en la planta de un detector de sulfhídrico, con muy poco personal para los fines de semana o cuando hay barco en Langosteira -a donde tienen que acudir en ese caso, dejando la planta desprotegida-, sin medios para cubrir todas las cámaras de seguridad dispuestas por todo el complejo u oligados a aceptar "a ciegas" mercancías que pueden ser peligrosas.
"Esto no es Almacenes Pepe, hablamos de una infraestructura crítica donde el control es exhaustivo. Lo triste es que se vende seguridad como un paripé cuando se falla en muchas historias", reprenden.
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