¿Te apetece un vino de Os Ancares? Los otros vinos gallegos que se están abriendo camino

Al margen de las cinco DO vinícolas gallegas existen otras cinco áreas que han buscado sacar adelante una producción enológica diferente y, en ocasiones, con particularidades que las hacen muy diferentes. Hablamos de las Indicacións Xeográficas Protexidas (Indicaciones Geográficas Protegidas) que han permitido recuperar variedades de uva, bancales casi desaparecidos y reintroducir el cultivo de la vid en lugares apartados dentro de las zonas de montaña más altas de Galicia. Así, desde Betanzos, pasando por Barbanza, hasta O Courel, grupos de emprendedores con pequeñas explotaciones han dado una vuelta de tuerca al vino gallego creando un producto diferente y al mismo tiempo alimentando el mercado de cercanía con nuevas marcas y nombres.

CINCO GRANDES APUESTAS

Las IXP, vinculadas a la Axencia Galega de Calidade Alimentaria (AGACAL), otorgan reputación a vinos que hasta hace no mucho, eran para consumo propio o “vino de la casa”. Sin embargo, las IXP han creado unos parámetros de calidad específicos y originarios de la zona donde se produce el vino en cuestión, su procedencia y, como mínimo, el 85% de la uva con el que se produce debe ser originaria del lugar indicado por la IXP.

Cinco son las IXP que existen ahora mismo en Galicia, la más reciente Terras do Navia que comprende bodegas situadas en el Concello de Negueira de Muñiz. Rodeadas de montañas, algunas por encima de los 1.000 metros, en el valle de este municipio lugués y en el de Navia de Suarna se dan una serie de microclimas que han permitido el desarrollo de la viticultura desde mucho tiempo atrás. “Estamos entre los 200 y 300 metros de altura sobre el mar y esto crea pequeñas zonas donde se puede cultivar la vid gracias a la diversidad de microclimas” señala Manuel Cancio de Bodega Panchín. 

Los veranos en la zona pueden pasar de los 30º lo que permite una buena maduración. Actualmente son tres las bodegas operadoras pero existen nuevos proyectos en Navia de Suarna y en la propia Negueira. Se cultiva la “branca lexítima” y en vino tinto están la mencía, merenzao y otra variedad propia del lugar “tinto serodio” (tinto tardío). “Estamos intentando recuperar la 'verdella branca' que no sabemos si existe en otro lugar de Galicia, por eso pedimos un estudio genético a la Xunta” para certificar su existencia.

La IXP Barbanza Iria está en el centro geográfico de las Rías Baixas pero irónicamente “no estamos en la DO Rías baixas” señala con humor Paco Crusat de la Bodega Entre os Ríos. Actualmente Barbanza Iria “somos un reservorio de cepas antiguas entre las que están el 'raposo' o 'branco lexítimo' que desapareció del sur de Galicia y el 'ratiño'”. En tintos trabajan el 'caíño'. “Hay otras uvas tradicionales como el 'espadeiro' que se han conservado en pequeñas fincas para autoconsumo”.

¿Cómo es posible que se hayan ignorado estas variedades? “La viticultura gallega es muy reciente en cuanto a producción industrial, en la zona donde trabajamos las tierras están muy parceladas, también hubo un gran abandono para trabajar en otros oficios” describe Crusat. Al final, una producción más industrial necesita espacios más amplios para mayor producción.

Un caso similar al de Navia de Suarna es Betanzos, un lugar de clima suave pero con pocas horas de insolación. Como explica José Luis Bouzón Beade, de Adegas Beade, este factor “ralentiza la maduración de la uva y esto permite que al final se conserven mejor los aromas de las uvas”. Junto a esto se puede observar que estos vinos “tienen una acidez alta” y en cuanto a su salida al mercado “a los cinco o seis años están en su mejor momento”.

Al igual que las otras IXP, las uvas blancas se llevan la palma, con la 'branca lexítima' y la 'roibal'. El tinto es más difícil de conseguir en esta zona “aunque tenemos uva tinta, pero su producción es pequeña pues su maduración es más complicada con lo que sacamos producción de cuando en cuando”. Aun así, y a pesar de que la producción es pequeña, existe el proyecto de recuperación de los antiguos bancales de viñedos de las tierras de Betanzos.

Jorge Pereira trabaja en la bodega Terras Mancas, un proyecto nacido de la aventura de tres socios que decidieron apostar por tomar una parcela con vides y seguir los consejos del padre de Jorge. “Nos guiamos por mi padre para aprender, la primera producción fue de 1.000 botellas y estamos en 32.000” dice Jorge. “En el 2017 dimos de alta la bodega con 17.000 botellas y ahora, año a año, vamos aumentando la extensión de los viñedos”. Las uvas más trabajadas son 'alvariño', 'treixadura', 'godello' y 'loureira'. “Con el tinto hemos querido sacar una línea pequeñas con uva 'mencía', 'tempranillo' y 'caíño'”.

La diferencia que ofrece el trabajo de Jorge Pereira y sus socios es que “cultivamos nuestra propia uva y cada año el vino sale con matices diferentes”, algo que demuestra que el cuidado de la viña se va dejando notar en la calidad del producto. A esto acompaña una orografía donde las montañas protegen de los vientos del norte y el sol da de lleno en las fincas.

La última gran apuesta es la de Ribeiras do Morrazo, concretamente la de José Luis Videira de la bodega Videiras no Mar. José Luis se ha propuesto recuperar la vieja tradición para producir vino 'do Hío' que junto don el de Soutomaior, formaban la dupla vinícola en las tierras de O Morrazo. “La producción que elaboro es sobre todo en uva blanca, el tinto apenas se produce y solo hago producción propia” señala Videiras.
 

“El objetivo que me he marcado es la recuperación de la producción de vino en barricas de castaño, que eran las que antiguamente se usaban aquí” dice José Luis quien ha adquirido barricas de roble francés para empezar una producción similar. Actualmente quedan muy pocos artesanos que hagan barricas de castaño. Todo esto después de haber animado a otras personas a solicitar la IXP para recuperar una tradición que casi se pierde como es el caso de las otras IXP.

Las IXP son, ante todo, proyectos personales que han apostado fuerte por la recuperación de variedades de uva y de sistemas de producción. Sus mercados van desde el extranjero al nacional y local, lo que da una perspectiva de que poco o nada tienen que envidiar a las grandes DO en estos momentos.