¿Afectará el terremoto de Taiwan a la producción en Stellantis Vigo por falta de chips?
Hoy mismo la factoría ha comunicado a sus trabajadores más paradas por problemas de suministros. Los fabricantes de microcomponentes no han recuperado la producción al 100% y hay que tener en cuenta que, aún con una producción a ritmo normal, Stellantis lleva soportando años de problemas de suministro de microconductores.
¿Afectará el terremoto de Taiwan a la producción en Stellantis Vigo? La cuestión no es baladí, pues la fábrica de Balaídos lleva años sufriendo parones debido, precisamente, a la falta de semiconductores. Además, esta misma mañana, Stellantis Vigo comunicaba una nueva serie de interrupciones en la producción debido a causas de fuerza mayor con los componentes, que no explica. Taiwan produce más del 90% de los chips avanzados, los que se instalan, por ejemplo, en los coches eléctricos. El miércoles un poderoso terremoto de 7,4 grados golpeó la isla china.
El temblor ha sido el mayor en los últimos 25 años. El balance provisional de víctimas fue de nueve pero los heridos se acercan al millar.
Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor productor del mundo, tuvo que parar temporalmente su producción. Hay que tener en cuenta que la técnica litográfica que se usa para esculpir el sílice de los microprocesadores es muy sensible a las vibraciones.
TSMC dijo el miércoles a última hora que el 70% de su producción estaba en marcha. Es decir, el 30% seguía afectada media jornada después del sismo matinal. Hay que tener en cuenta que algunos de los chips más avanzados tardan semanas en producirse, durante las cuales no puede haber interrupciones causadas por movimientos.
Las máquinas que producen los chips suelen tener sistemas de protección que detienen su funcionamiento automáticamente ante el impacto de un terremoto, para evitar daños mayores. Está por ver si el porcentaje de máquinas que no se han reactivado ha sufrido daños y cuál es el impacto final.
“Una pequeña cantidad de herramientas resultaron dañadas en ciertas instalaciones, impactando parcialmente sus operaciones. Sin embargo, no hay daños a nuestras herramientas críticas”, dijo TSMC en un comunicado el miércoles por la noche.
Incluso una leve caída de la producción puede tener consecuencias para grandes clientes como Stellantis. Ya con la producción en niveles habituales, se arrastran problemas de abastecimiento a los productores de coches desde la pandemia.
Para protegerse de esta debilidad histórica en su cadena de suministro, Stellantis anunció hace un par de años la creación de una empresa mixta para la fabricación de chips para coches con la empresa taiwanesa Foxconn. Foxconn Technology Group comunicó ayer que ha reanudado gradualmente la producción a ritmo normal. La compañía lanzó un mensaje de tranquilidad argumentando que el terremoto tuvo sólo un impacto operativo muy leve y que no hubo daños al sistema de fabricación.
TSMC y Foxconn registraron pérdidas importantes en la bolsa de Taiwan en la jornada del terremoto, pero desde entonces su cotización se ha estabilizado, un indicio de que los inversores estiman que la producción de chips no sufrirá un daño permanente, quizás solo una interrupción leve y temporal.
En definitiva, por ahora no hay constancia de que el seísmo vaya a provocar una parón importante en la producción de semiconductores. Ahora bien, la cadena de producción de los chips es tan delicada que cualquier interferencia -y el hecho de que TSMC no haya confirmado el retorno a la normalidad al 100% indica que hay un problema- puede acabar teniendo consecuencias en la distribución de estos preciados componentes.
Stellantis no es, ni de lejos, el único cliente potencialmente afectado. Los chips están omnipresentes en todos los productos electrónicos. Hace años que occidente intenta superar esta dependencia pero los enormes costes y desafíos tecnológicos que supone expandir la industria de producción de chips implicn que durante las próximas décadas, al menos, lo que suceda Taiwan, incluído su conflicto con China, seguirá teniendo una importancia clave en la economía mundial, también en la de Vigo y Galicia.
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