Ya hay unos 40 recursos contra parques eólicos en el TSXG mientras Europa apuesta por la vía rápida

Se está concretando así el gran temor de la industria eólica gallega. La mayoría del centenar de parques eólicos que aprobó la Xunta en la última tanda ya están judicializados. 

¿Cuántos? “El sistema de búsqueda no permite filtrar sólo por eólicos, sino que se ha hecho por temas relacionados con la industria y la energía, por lo que es probable que entre esos 40 haya algún recurso que no sea sobre parques eólicos”, señalan desde el tribunal.

Que sean 30 o 40 los recursos ya presentados no es clave. Al fin y al cabo, los recurrentes potenciales todavía tienen tiempo de formalizar más recursos. Lo que es relevante es confirmar que asociaciones ecologistas, colectivos vecinales y ayuntamientos se han lanzado a presentar recursos en cuánto se lo han permitido los plazos legales, que varían en función de cuándo la Xunta aprobó cada parque, la mayoría el año pasado.

Lo que está en juego no es baladí, va mucho más allá que el conflicto vecinal local que acompaña a muchos proyectos eólicos. 

La Asociación Eólica de Galicia (EGA) cifra en 9.000 los empleos y en 9.500 los millones de inversión que, muy probablemente, van camino de quedarse empantanados.

Muy probablemente, porque el TSXG ya ha dictado sentencias dictando la paralización cautelar de cuatro proyectos:  Monte Toural (Coristanco y Santa Comba), Laboa (entre Zas y Santa Comba)   Campelo (entre Coristanco y Santa Comba) y Bustelo (Coristanco y Carballo). Aunque cada proyecto tiene sus peculiaridades, lo esperable es que el tribunal aplique el mismo criterio en estos recursos.

Las empresas directamente afectadas por ahora son Greenalia y Engasa, pero lo más probable es que prácticamente todos los operadores del sector acaben viendo como alguno de sus parques son trabados por la justicia.
 

Por ejemplo, los ecologistas de ADEGA ya han logrado recoger donaciones suficientes para recurrir una veintena de proyectos, promovidos por grupos gallegos, estatales e internacionales. 

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Los empresarios del sector tienen la esperanza de que el Tribunal Supremo acabe fallando en contra del criterio del TSXG. Con todo, la sentencias en la instancia superior pueden llegar demasiado tarde, pues los parques deben estar en funcionamiento antes de determinada fecha para lograr las subvenciones. Existe, por lo tanto, el riesgo real que algunos promotores desistan si el TSXG falla en contra, conscientes de que no llegarán a tiempo.
 

Otra esperanza de los empresarios pasa por la Comisión Europea. Ursula von der Leyen, anunció en septiembre un nuevo paquete de medidas para apoya a la energía eólica. Entre estas medidas enarboladas por la presidenta de la Comisión, se encuentra una nueva vía rápida para la autorización de parques eólicos.
 

Esta nueva vía rápida se sumaría a las medidas ya existentes, como la sustitución de las evaluaciones de impacto ambiental por informes de los promotores en algunos casos, y la delimitación de zonas de aceleración en las que el plazo máximo para implantar proyectos de renovables sería de doce meses.

En concreto, la futura Ley sobre la Industria de Cero Emisiones Netas prevé la “reducción de los trámites administrativos y aceleración de la concesión de permisos”. Europa quiere reducir la carga administrativa en los parques que sean calificados como  “proyectos estratégicos” que se beneficiarán de una autorización aún más rápida, con el fin de “aumentar la seguridad de la planificación y la inversión”.

Las supuestas prisas de la Xunta a la hora de tramitar algunos parques, incumpliendo presuntamente los plazos legales de exposición pública de los proyectos, es precisamente uno de los criterios que está usando el TSXG para paralizar cautelarmente su aprobación.

La Comisión Europea considera que la energía eólica es una fuente de energía renovable clave para alcanzar sus objetivos de descarbonización y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.  Por eso ha tomado recientemente medidas como el plan de creación de una nueva vía rápida para la autorización de parques eólicos y la financiación de proyectos de energía eólica a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.

Por el contrario, muchos colectivos vecinales y ecologistas aluden al eslogan “Eólica así non”, pues consideran que la eólica es una energía válida pero que tiene un impacto ambiental muy notable en determinados espacios, por lo que hay lugares donde no se deberían establecer aerogeneradores.