Otero (Federación de Confradías): "No rechazamos las renovables; rechazamos que nos dejen sin trabajo"

La fiebre de la eólica marina -con una decena de proyectos ya solicitados incluso antes de que se conociesen las zonas aptas- se presenta como el verdadero reto por el que pasa el futuro del sector pesquero, del que dependen miles de familias gallegas y con un peso fundamental en nuestra economía.

Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores y patrón mayor de Burela, analiza para Galiciapress las consecuencias que reciente la publicación del POEM, el documento que delimita dónde se pueden instalar molinos- tiene para toda la pesca. "No es solo la de arrastre", recalca.

En un momento en el que las limitaciones impuestas por Europa o el precio de los combustibles suponen una rémora para el sector, los pescadores tienen que lidiar ahora también con molinos de viento: "Nunca había sido tan difícil". 

El Don Quijote del Siglo XXI no lleva yelmo ni lanza, sino ropa de aguas y redes de pesca. La publicación de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) son la última gran amenaza a un gremio que combate em demasiados frentes -prohibición de pesca de profundidad, alza del coste de combustible, incierto futuro de los motores diesel, falta de personal del país, etc- y que tiene ante sí un panorama nada halagüeño, con un viento racheado que no impulsa sus velas, sino que parece querer hundirlo en las profundidades. 

Ante este escenario, desde el sector pesquero contienen la respiración porque el terreno en el que se adentran los barcos es tremendamente incierto. El conflicto de la eólica marina coincide en el espacio y el tiempo con las limitaciones promulgadas desde el Consejo de Europa y que lastran a la pesca de arrastre, con una zona cada vez más reducida en la que practicar su actividad. Así las cosas, el presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores y patrón mayor de Burela, Basilio Otero, otea en el horizonte un callejón sin salida para el sector.

“El POEM afecta a toda la flota. No podemos pensar solo en la pesca de arrastre. Hay que tener en cuenta que la imagen que sale en los documentos es una imagen parcial, porque se habló del polígono en el que colocar los eólicos, pero falta una parte importante: el cable que lleva la energía a tierra, que no está dibujado”, puntualiza Otero, que lleva los efectos de este sector incipiente “no solo a la costa del litoral, también la que va al Gran Sol, que en su recorrido de ida y vuelta tendrá que rodear esas zonas”. 

El verdadero enigma entonces es saber cuántos empleos se pueden ver afectados, porque más allá del litoral gallego hay otras muchas zonas de la costa de España que temen que los gigantes acuáticos trastoquen su modo de vida. Además, como indica Otero, “sabemos las zonas en las que se pueden colocar, no cuántos se colocarán”, pero el temor a una “fiebre por la eólica marina”, con decenas de empresas pujando por entrar en esa carrera, hace presagiar que no serán pocos los molinos a los que se enfrentarán.

“Tienen información de sobra para saber cuál es la huella pesquera del sector gallego. Parece que no hacen caso y donde más huella pesquera tenemos es donde han colocado los polígonos”

“Nosotros no nos negamos a las renovables; nos negamos a que nos quiten puestos de trabajo”, razona el presidente de la Federación Nacional, que el pasado sábado participó en una gran movilización en las calles de A Coruña, a la que acudieron centenares de pescadores, donde la gente le transmitió su preocupación a que Europa les siga poniendo piedras en el camino, pero ven menos normal “que España siga el mismo camino”. 

En este tiempo, el sector ha tratado de facilitar al Gobierno el dibujo de las rutas que siguen los barcos cuando salen a faenar, sus zonas de actividad, su recorrido y los informes recogidos por los distintos sistemas de localización. “Tienen información de sobra para saber cuál es la huella pesquera del sector gallego. Parece que no hacen caso y donde más huella pesquera tenemos es donde han colocado los polígonos”, lamenta.

La realidad del sector pesquero es que se enfrenta en estos momentos a una tormenta perfecta: la eólica marina, restricciones comunitarias, subida de precios, los combustibles disparados… “Es el momento más difícil desde que tengo memoria”, admite Otero, que llegó a patrón en 2009 “en plena crisis del gasoil”. “Es que ahora, en vez de recortes, tenemos que hablar de prohibiciones. Los espacios marítimos vulnerables, que alguno está cerca de las zonas marcadas en el POEM, por cierto, nos dejan fuera de juego. Nunca había estado tan difícil”, reconoce. 

“EN VIANA SON PERFECTAMENTE VISIBLES DESDE EL PUERTO”

No son los únicos. En Burela, los comerciantes y hosteleros creen que los molinos podrán verse desde la costa, lo que cambiará diametralmente el paisaje del litoral, con los efectos que ello puede tener sobre el turismo. No es que A Mariña sea Marbella, pero desde luego hablamos de una zona en auge y que podría verse condicionada.

Otero cree que, de donde él es, los que peor lo pueden llevar son los propios vecinos: “Ver esos molinos en el mar supongo que no va a ser del agrado de nadie”. La única referencia que tienen está en Portugal, en Viana do Castelo, con tres eólicos a diez millas del puerto y “perfectamente visibles”. 

“La Xunta quiere soplar y absorber al mismo tiempo. No conozco a nadie que pueda hacerlo. Saben perfectamente el impacto que puede tener en Galicia "
 

El impacto visual en la costa de Lugo pero también en Ortigueira y otros puntos del norte puede ser incluso más radical que el de Portugal, pero desde la Xunta han querido salir al paso y, antes de que el tema de la eólica marina cope una sesión del Parlamento de Galicia, el Gobierno de Rueda quiso incidir en que su apuesta es la del equilibrio entre sectores. Pese a todo, la sentencia final es que Galicia “no puede dejar pasar esta oportunidad”, aunque los movimientos de la Xunta para poder actuar sobre la puesta en marcha de los parques son bastante limitados.

“La Xunta quiere soplar y absorber al mismo tiempo. No conozco a nadie que pueda hacerlo. Saben perfectamente el impacto que puede tener en Galicia y la Xunta no tiene competencias en esa zona, solo cuando el cable toca tierra. Pueblos como Burela, donde la pesca significa el 25% del PIB se verán muy resentidos”, pronostica Otero. 

¿Y si la Xunta tuviese que inclinarse por uno? El patrón mayor no quiere verse en esa tesitura, pero quiere pensar que el peso de la pesca, un sector con tanta tradición y fundamental para la economía gallega, se impondría sobre el sector energético. “La fuerza que tenemos la gente del mar debemos poder transmitirla al resto de la sociedad”, subraya, al tiempo que recuerda que el POEM lo impulsa el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y pide detenerse en ese último aspecto.
 

“La pesca fija población en la costa. Tirar con este medio de vida significa perder soberanía alimentaria y permitir que vengan más importaciones de otros terceros países, algo que ya ha aumentado mucho, de zonas que ni socialmente, ni medioambientalmente, ni laboralmente son tan respetuosos como los europeos”, matiza. 

RELACIONES ROTAS CON EL GOBIERNO

El aumento de los recelos en el sector también ha obligado al PSdeG a salir al paso y aclarar que ningún parque será aprobado si eso significa comprometer al sector pesquero. Pero más allá de las declaraciones de los socialistas gallegos, en estos momentos el diálogo entre las partes, dice Otero, “está roto”. 

“Manifestamos la petición de la retirada del POEM y la dimisión de la ministra, con la que nunca pedimos reunirnos, no apuntamos tan alto, sino con el secretario de Estado. Tuvimos una en la Delegación del Gobierno en A Coruña, donde explicamos por medio de una carta náutica, de forma presencial y evidente cuál sería la afectación, de lo que se sorprendió. Pero pedimos otras tres reuniones que fueron rehusadas”, denuncia. La propuesta con la que se encontraron es la creación de un organismo como el Observatorio de Eólica Marina que ya existe en Galicia, un movimiento que ven “tardío”. 
 

Otero recalca que desde el sector no van a entrar al trapo, y que las movilizaciones se sucederán en los próximos días, la primera de ellas ante la Delegación del Gobierno en Asturias este mismo sábado, que reforzará los intereses conjuntos de los marineros gallegos y asturianos. Pero en Cádiz o Málaga, así como en las Canarias y Baleares, también se están cocinando más protestas contra los planes del Gobierno. Por ahora la opción de convocar una huelga no está descartada. “Hay que estudiarlo. Es pronto para decirlo. Pero no lo descartamos”, asegura. 
 

Pero los días pasan, los barcos podrían quedarse amarrados en tierra y las conversaciones con el Gobierno, el faro que debería guiarlos, están paralizadas. “¿El futuro del sector? Pelear. Pelear para que nos hagan caso y que miren de poner los parques eólicos, si es posible, en zonas que no sean caladeros de pesca…pero igual no hay posibilidad, igual no es posible la coexistencia”, reflexiona Otero, que no encuentra un salvavidas que mantenga a flote al sector.