Otra vez Iago Aspas, así logró el Celta de Vigo media salvación ante el Villareal (vídeo)

Los amarillos golpearon primero con un golazo de Alberto Moreno tras una buena combinación en ataque. Los visitantes movieron el balón desde la banda izquierda hasta la esquina derecha del área gallega y desde allí Moreno enganchó de primeras un gran zurdazo al segundo palo. 

El partido cambiaría cinco minutos después cuando Santi Comesaña se ganó una justa expulsión. El centrocampista disputó un balón con los tacos por delante impactando en la pierna de un celeste casi a la altura de la rodilla. El árbitro pitó falta, le sacó amarilla, se fue al monitor a comprobar la dureza del lance y finalmente tiró de tarjeta roja. Santi Comesa ni protestó.

Desde entonces el Celta forzó la máquina y enseguida, en el minuto 21, cosechó resultados. Otro error del Villareal favoreció a los locales, al derribar a un visitante a Iago Aspas en una jugada sin peligro, en la que el balón se estaba alejando de la portería. Pillo, el de Moaña forzó el penalti, claro, y posteriormente batió al guardameta con un disparo raso por el centro cuando el portero ya se había vencido.

Balaídos entró en estado de euforia poco después. En el minuto 39 el Celta de Vigo supo combinar a la salida de un rechace de la defensa del Villareal. El centro por la banda derecha fue medido y Larssen remachó con la cabeza a bocajarro, desde el área pequeña. 
 

En la segunda parte los nervios pasaron factura a los de Giráldez en muchos momentos. Por debajo en el marcador, el Villareal supo presionar a pesar de jugar con uno menos. Al cuarto de hora de reanudado el encuentro sacaron tajada. Segundo golazo en otro gran disparo desde la frontal del área. El balón llegó a Guedes gracias a un buen control y pase de Sorloth, uno de los mejores del encuentro, y el 9 lanzó un zambombazo por la escuadra del primer palo.

El empate se mantuvo casi hasta el final debido al conservadurismo de los que jugaban con uno menos, satisfechos con el empate, y la imprecisión de los que jugaban con uno más. 

El más atinado en un momento clave de la temporada fue, una vez más, Iago Aspas. El de Moaña controló a 15 metros de la frontal y se inventó con la pierna izquierda un centro muy difícil, entre el central, el lateral y el portero. El desmarque lo tiró el griego Douvikas, en una nueva muestra de su olfato goleador, para después precipitarse en plancha sobre el balón a media altura. 

Corría el 82 y ya no hubo tiempo para casi nada. Alivio, inclusoieuforia, en Balaídos. La salvación todavía no está 100% asegurada pero con 8 puntos sobre el descenso cuanto quedan 12 en juego, el Celta de Vigo la tiene prácticamente asegurada. 

Buena parte del mérito ha sido de Claudio Giráldez. El entrenador del filial ha sabido insuflar aire a un conjunto que parecía anímicamente agotado hasta el cese de Rafa Benítez. El entrenador gallego advirtió que “queda mucho por pelear” y le tiró de las orejas en público a sus subordinados a los que conminó a ser “autocríticos” ante los “muchos momentos de descontrol” de un encuentro de alta tensión.