Fillas de Cassandra: "'Acrópole' no pretende ser una verdad absoluta, pero sí es una verdad histórica de las mujeres"
Galiciapress entrevista a Sara Faro y María Pérez, Fillas de Cassandra, las gallegas que con su mezcla de música urbana y melodías populares actuarán en O Son do Camiño y que están triunfando con su primer disco, 'Acrópole'.
Una revolución en el panorama musical, la voz de una generación feminista, el grupo que más va a sonar este verano… Mucho -y bueno- se ha escrito en los últimos meses de María Pérez (1996) y Sara Faro (2001), el dúo que forma el grupo Fillas de Cassandra, que pese a su juventud ha logrado colarse en el cartel de un festival de magnitud mundial como O Son do Camiño. En concreto, actuarán el viernes, una de las dos jornadas en las que quedan entradas aún a la venta (los abonos se agotaron antes del cartel y para el sábado se ha colgado el cartel de no hay billetes)
Fillas de Cassandra atiende a Galiciapress en la carretera, donde pasarán muchas horas este verano de ruta por Galicia. De extremo a extremo de la comunidad, la formación tiene un calendario lleno de fechas en los próximos meses, con una parada inmediata este viernes en la Festa do Banquete de Conxo, en Santiago de Compostela.
La formidable acogida que ha tenido ‘Acrópole’, su primer disco, el apoyo que están recibiendo de toda la escena gallega o los proyectos que aún no se pueden contar -¿o sí?-, otros asuntos de esta conversación con Sara y María SOA.
A Cassandra, bendecida con el don de la clarividencia pero condenada a que nadie confiase en sus vaticinios, no la creyeron cuando predijo la caída de Troya. La suya pudo ser una de tantas voces femeninas silenciadas a lo largo de la historia. Mujeres que, por el mero hecho de ser mujeres, fueron acalladas y despojadas de la razón, pese a que la suya era la única verdad. Han pasado muchos milenios desde el rapto de Helena y los relatos de la Ilíada, pero algunas realidades perduran en el tiempo y siguen siendo el nexo que une a generaciones y generaciones de invisibles. Realidades que Sara Faro y María Pérez hacen canción, recogiendo el testigo de Cassandra como dignas herederas de la sacerdotisa griega.
Las Fillas de Cassandra son el presente y el futuro de la música gallega. Su ascenso ha sido fulgurante y en muy poco tiempo se han convertido en una formación referencia dentro del panorama musical del país. La velocidad a la que se dieron a conocer solo es comparable a la inmediata conexión que establecieron Sara y María SOA: un día eran dos completas desconocidas, al siguiente un dúo con mucha proyección y hoy dos voces indivisibles, capaces de terminar la frase de la otra.
De conocerse en unas jornadas feministas a llenar salas, su camino ha estado marcado por la casualidad, pero también por el trabajo infatigable que las ha llevado a publicar su primer disco, ‘Acrópole’, con el que han cosechado un éxito indiscutible de público y crítica. Dos meses después de la salida al mercado de este debut, las reacciones del público todavía las emocionan y solo les sale una palabra para definirlo: “Es impresionante”.
“Desde que publicamos el disco, desde que lo estrenamos en la Sala Capitol, todo fueron buenas experiencias, buenas sensaciones…la acogida no pudo ser mejor”, explican. Esa euforia la percibieron desde el primer concierto, cuando el disco solo tenía siete días de vida “pero todo el público se sabía las letras de principio a fin”.
UN SONIDO PROPIO, UNA ESTÉTICA CARACTERÍSTICA…
De la Capitol pasamos a la Festa do Banquete de Conxo, su próxima actuación, este mismo viernes 12 en Santiago de Compostela. Allí, además de presentar su disco, filmarán un nuevo videoclip junto a un grupo de niños y niñas, una iniciativa de la propia organización del evento y a la que se han animado las artistas.
El audiovisual es otro campo en el que han demostrado moverse con cierta soltura, también por la vinculación de sus componentes con el mundo del teatro. Con una estética muy cuidada y característica, sus videoclips resultan muy reconocibles, pero esa misma identidad acaba permeando al disco. “Teníamos una visión espacial de la escena, de lo que queríamos plasmar en los vídeos, muy clara, por lo que nunca tuvimos problema”, aclara Sara, si bien admite que trasladaban sus ideas al equipo de producción “con unos dibujos bastante rudimentarios”.
“Concebimos el disco como un vínculo entre la Grecia clásica y la modernidad, por lo que pensamos que en todos los vídeos tenía que haber esa conexión con los dos mundos y establecer ese hilo de unión. En el estilismo y en las escenas está representado, aunque luego hay una forma de aterrizarlo en nuestra realidad, por eso incorporamos escenas de manifestaciones, algo que es totalmente actual, aunque pasamos de escenas mitológicas a cantar nosotros a cara descubierta”, puntualizan.
FEMINISMO A TRAVÉS DE LA ÉPOCAS
Sin embargo, más allá del plano compositivo, lo que está fuera de toda duda es el eje central del álbum, que es a su vez un elemento catedralicio en su experiencia vital: el feminismo. La temática de sus letras está muy marcada por esta corriente, lo que las ha llevado a ser inevitablemente referencia y voz de muchas jóvenes que ven en sus letras sus propias vivencias.
“No teníamos esa pretensión. Nos ocurren cosas en nuestra vida diaria y teníamos la necesidad de plasmarlas”, confiesa Sara. María va más allá al apostillar que sus temas “no pretenden ser una verdad absoluta, sino desde nuestra propia experiencia, pero las mujeres se sintieron identificadas”. El hecho de visibilizar a mujeres de distintos ámbitos, edades o procedencias también es una marca de agua de Fillas de Cassandra.
Aun sin ser una verdad absoluta, ¿la suya es una verdad histórica? “Eso sí”, manifiestan. “No queríamos ser la voz de nadie, pero contamos cosas que existían desde siempre. Hace 2.000 años hay historias que se asemejan a las cosas que nos pasan todavía, que resuenan con cosas de ahora”, lamentan.
Esas historias de ayer y hoy están acompañadas de ritmos que se mueven entre universos que podrían parecer antagónicos pero que mezclan de una forma muy orgánica. Así, podemos encontrar un tema que cabalga entre la música tradicional y la electrónica. La inspiración les llega incluso en la furgoneta, donde comparten tantas horas y donde tejen las ideas iniciales y los conceptos que acaban componiendo algunos de sus temas, pero con el paso del tiempo su proceso creativo ha ido “mutando”.
“Otras veces es por separado. Le mando un piano a Sara para ver qué le sale a ella y componer algo más, pero ahora tenemos una facilidad creativa que va creciendo muy rápido”, razona María. La distancia a veces es un inconveniente, sobre todo al vivir en ciudades distintas. Con Sara en Porto y María en Vigo, a veces cuesta “cuadrar horarios” y las obliga a estar “contra viento y marea”, pero en el momento de reunirse “cualquier espacio en el que nos juntemos lo hacemos nuestro”.
Aunque en el disco podrían rastrearse muchas influencias musicales, Fillas de Cassandra sostiene que no buscaron inspirarse en nadie de manera expresa. “Las influencias que tenemos de toda la vida son las que afectaron al disco, pero no tomamos de referencia nada concreto. Yo venía de la música clásica, de escuchar muchos grupos de armonías vocales, y Sara de grupos tradicionales, de las cantareiras y pandereteiras, pero también las dos con la música actual y que escuchamos todos los días”, justifica María. Pese a todo, siempre hay lugar para las pequeñas diferencias. Así, mientras que a Sara le gusta particularmente el género indie, un aspecto con el que María no casa tanto.
VERANO EN LA CARRETERA
Las peleas por lo que suena o deja de sonar en la radio de la furgoneta pueden ser la tónica general de un verano en el que tienen previsto recorrer Galicia por los cuatro costados. O Son do Camiño, Revenidas, Atlantic Pride, O Castañazo, Galegote Rock, A Revolta do Umia…fechas y fechas en una agenda que no deja de crecer. De entre todos, destacan O Son do Camiño por la oportunidad que les concede el festival santiagués de compartir cartel con algunos nombres tan importantes como Alt-J, del que María se reconoce admiradora.
La otra gran cita por la que sienten predilección es el Revenidas. El de Vilaxoán es uno de esos festivales en el que han dado el salto de las tiendas de campaña al escenario principal, algo que para ellas es un sueño. “Ya íbamos como espectadoras, pero ahora va a ser una reunión de amigos y amigas. Vamos a juntarnos con Rebeliom do Inframundo, con Arrythmia…estamos muy ilusionadas”.
En el Monte do Gozo coincidirán con otros artistas de relumbrón tanto internacionales como locales, algunos de la talla de Xoel López o The Rapants. “Si todo se diese de una manera maravillosa en la que pudiéramos cuadrar con ellos y no tuviesen el camerino cerrado sería maravilloso”, imaginan. Sin embargo, comprenden que “hacer piña es muy complicado” en un gran evento como ese, aunque dicen estar predispuestas a “conocer gente nueva y dejarnos influenciar”.
UNA ESCENA LLENA DE “COLEGAS”
El hermetismo de algunos grupos es el contrapunto con lo que ocurre con la escena gallega, donde todos van a una. Si hace unos días eran Sergio y Alberto, de Galician Army, los que celebraban el “buen rollo” existente en la comunidad, ahora son Sara y María las que reafirman esas vibras tan sanas que conectan a todos los artistas emergentes. “Es otra movida. Todos somos colegas. En cuanto nos conocemos ya queremos colaborar”, razonan. Como ejemplo, está su participación en ‘NÓS’, el álbum debut de Galician Army en el que remezclan uno de los temas de Fillas de Cassandra.
“Desde el principio nos encontramos una escena con los brazos muy abiertos. Y de todos los estilos musicales, algo que nos sorprendió mucho. No fueron solo personas que venían del tradi, sino del rap, del rock, del metal…fue una acogida total de gente muy diversa”, festejan. Su disco tiene el tono de “una electrónica intensa, oscura”, pero no se cierran a hacer cosas nuevas y tocar todos los palos.
En lo que se resisten es en dar a conocer los proyectos en los que están trabajando. Bueno, se resisten, pero no mucho, porque ellas mismas se definen entre risas como “Fillas del Spoiler”, ya que es en sus directos donde alguna vez se van de la lengua y avanzan las cosas que están por venir. “Colaboraciones habrá seguro, y lo bueno de hacer spoiler en los conciertos es que cuando salen la gente ya los conoce”, afirman, al tiempo que sí avanzan que pronto verán la luz un par de temas nuevos.
Las buenas relaciones con otros grupos ayudan a mantener muy viva esta nueva ola de la música gallega, de la que ellas son uno de sus máximos exponentes. La buena salud de este movimiento puede tener muchas explicaciones, desde la apuesta de los grandes festivales por músicos locales hasta el destierro de los complejos para componer y tocar en gallego.
Las “Cassandras” subrayan como un elemento fundamental “la confianza que depositaron en nosotras, no solo los festivales, las personas que a título individual que nos fueron conociendo el año pasado durante este proceso de composición del disco, y un gran trabajo detrás”. El respaldo que han recibido en su empeño, como neofalantes como se definen, por promocionar el gallego en la cultura ha sido otro aspecto que las ha elevado hasta donde están, sin marcarse nunca como objetivo la complacencia del público, sino hacer lo que de verdad las mueve y motiva.
“Hicimos las cosas sin pensar que fuese a gustarle a los demás o que fuese a tener éxito. Es una verdad que está en nuestros temas”. Una verdad tan grande como las de Cassandra, que nunca fue escuchada. Ahora a sus hijas las escuchan todos y, como su madre, solo dicen verdades. Esto Cassandra no lo vio venir… ¿o sí y nunca lo supimos?
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