La sequía amenaza también la biodiversidad en los entornos de los ríos gallegos
El director de la estación de hidrobiología de Vilagarcía no recomienda, sin embargo, comprar agua embotellada.
La Egeria densa, coloniza ríos. Foto: wikimedia comons
La sequía que desde hace meses afronta la comunidad gallega, que continúa pese a las lluvias de los últimos días, favorece la propagación de especies invasoras como el cangrejo americano y la maleza acuática brasileña (la planta Egeria densa). Mientras, insectos e invertebrados acuáticos, así como animales cuyas zonas de reproducción se sitúan aguas arriba, padecen esta disminución de los caudales de los ríos y de los embalses gallegos.
Así lo advierte, en declaraciones a Europa Press, el profesor de zoología y antropología física de la Universidade de Santiago de Compostela Fernando Cobo, director de la estación de hidrobiología del 'Encoro do Con', en Vilagarcía de Arousa.
Cobo explica, además, que la escasez de lluvias y la consecuente merma del nivel de las aguas afecta a la calidad de las mismas, lo que, a su vez, hace que aumenten los costes de potabilización para que el agua que llega a las casas a través de los grifos cumpla con los estándares de calidad.
LA HUELLA HÍDRICA
De todos modos, subraya que el agua en los hogares gallegos es "muy buena", y no recomienda comprar agua natural embotellada, puesto que "ni se gana en calidad, ni se ahorra en agua".
Bien al contrario, apunta a la elevada huella hídrica de embotellar un litro de agua, al ser precisos muchos más litros en el proceso de fabricación. Y cifra en "300 veces más" el coste del agua embotellada. "Cosa distinta son las agua minero medicinales, que tienen otras cualidades y propiedades", señala.
Otro caso se da con la reducción del agua en pozos de particulares implicará necesariamente un empeoramiento de la calidad, ya que, al haber menos cantidad se produce también menos dilución, y el hecho de que las sustancias estén más concentradas "va a cambiar los procesos físicos y químicos del agua".
"REAJUSTE" DE ESPECIES
Entre otras cuestiones, la sequía provoca un aumento de las temperaturas, menor capacidad de autodepuración, menos oxígeno disuelto y hasta cambios en el 'pH' del agua, según expone este experto.
"Afecta a todos los organismos que viven en los ríos y en los embalses, que responden cada uno de acuerdo con sus características ecológicas: algunos desaparecen o ven muy reducido el número de individuos, lo que hace que la competencia con otras especies desaparezca, y esas poblaciones, más resistentes, pueden proliferar", destaca.
Este "reajuste" de especies atañe a peces como los salmones y las truchas, porque se les dificulta el acceso a sus zonas de reproducción. "Hay obstáculos, pequeñas presas, que cuando había agua no pasaba nada, pero que con poca se convierten en barreras infranqueables", resalta este profesor.
Del lado opuesto, especies exóticas se multiplican: es el caso del cangrejo americano, pero también el de la Egeria densa, una planta acuática que invade la mayor parte del lecho del río, y cuya estampa es ya "muy llamativa" en el río Umia y en la parte inferior del Miño.
EMBALSES CON PROBLEMAS
El director de la estación de hidrobiología del 'Encoro do Con', que precisa que este centro está dedicado a la investigación y no a la "vigilancia", ha detectado un incremento "exponencial" en los últimos 20 años de los embalses con problemas por proliferación de cianobacterias.
Estas algas, de tamaño microscópico, en ocasiones son tóxicas y otras veces únicamente generan sabores en el agua. "De tener dos o tres episodios hemos pasado a 26-27 embalses con estos problemas", alerta, apuntando a supuestos concretos en la cuenca del Miño-Sil y también en la de Galicia-Costa.
Estos fenómenos se originan fundamentalmente a finales de verano, y la falta de precipitaciones abundantes y con una cierta constancia permite que "se mantengan más". "Cada vez son más frecuentes", llama la atención Fernando Cobo.
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