Feijóo: "No nos gusta el nacionalismo español, ni el gallego, ni el vasco, ni el catalán"
El presidente de la Xunta no ve un problema político en Cataluña, sino "un problema de libertades".
Alberto Núñez Feijóo ha ratificado este miércoles en el Parlamento que "no" le gusta el nacionalismo: ni el español, ni el vasco, ni el gallego, ni el catalán. Al tiempo, ha subrayado que, frente a quienes sugieren que en Cataluña hay un problema político, lo que hay es "un problema de desacato a las leyes", un "bodrio jurídico" en el Parlament y "un problema de libertades".
Así lo ha manifestado en una tensa sesión de control en la que el portavoz de En Marea, Luís Villares, llegó a tildar de "narcochófer" al presidente y le afeó que "no lograse sacarse la oposición" de magistrado. Previamente, pidió a Feijóo una "condena expresa" a los altercados que se produjeron en la asamblea de cargos convocada por el grupo de Unidos Podemos en Zaragoza, donde la presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba, recibió un golpe con una botella.
"Vamos a condenar cualquier tipo de atentado o agresión que sufra cualquier político o cualquier ciudadano en España. Lo hicimos siempre, cuando nos tocó a nosotros, con atentados de Resistencia Galega", ha aseverado Feijóo. "No distinguimos, no nos gusta el nacionalismo. Ni el nacionalismo español, ni el gallego, ni el vasco ni el catalán", ha agregado, a renglón seguido.
A continuación y frente a quienes ven un problema político en Cataluña, ha remarcado que la autonomía catalana vive "el mayor desafío desde el golpe de estado del 23-F". Ha subrayado que "por encima de los políticos está la Constitución que fue aprobada por el pueblo" y ha recordado que él mismo la votó.
"Los derechos se ejercen de acuerdo con la Constitución. Me sorprende que quienes la violan continuamente pidan su amparo", ha remarcado Feijóo, antes de preguntar a Villares si "en su anterior profesión", cuando ejercía como magistrado del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia no la aplicaba "todos los días".
Finalmente, ha subrayado que "sin respeto a la ley no hay derechos de los ciudadanos, no hay libertades públicas, no hay libertades individuales y no hay democracia".
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