"Ni durante la pandemia vivimos un momento tan crítico", advierten facultativos de Medicina Interna del CHUS

La situación de los profesionales de Medicina Interna en Galicia es extrema: contratos precarios, plantillas cortas y saturadas de trabajo, en un contexto en el que el número de pacientes no deja de crecer...

María, una de las facultativas del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico Universitario de Santiago, atiende a Galiciapress para relatar el día a día de los sanitarios en un momento de sobrecarga asistencial que está repercutiendo negativamente en la atención que prestan a los usuarios. 

Con cerca de 9.000 casos actvios de Covid-19 en la comunidad y a las puertas del verano, el escenario que se presenta para los próximos meses, sin un refuerzo para las plantillas, empeorará todavía más el trabajo en los hospitales: "Si la situación antes era insostenible ahora es directamente inasumible".

Los médicos internistas han dicho basta. Pero lo han dicho desde su puesto de trabajo, capeando el temporal y sin alzar mucho la voz porque su oficio no les permite echar el freno de mano y permitir que el sistema colapse. El suyo es un grito ahogado, que poco a poco parece ir cogiendo más fuerza por el hartazgo de unos profesionales, los de Medicina Interna, que ven cada día como sus derechos son ninguneados y las administraciones hacen caso omiso a sus denuncias, pese a que su situación está repercutiendo sobre los miles de usuarios que a diario acuden a la sanidad pública.

El problema de los profesionales de Medicina Interna no es nuevo. No se debe tampoco a la pandemia y los efectos dramáticos que ha provocado sobre la sanidad pública. Desde el Servicio de Medicina Interna del CHUS alertan que se trata de un problema "crónico", anterior al estallido de la crisis sanitaria.

Ya por entonces, en 2019, empezaron las reivindicaciones, con el envío de escritos a la gerencia del centro, viviendo "momentos duros de sobrecarga". En torno a febrero de 2020 se convocó una comisión de centro en donde el tema principal fue la situación de la medicina interna. No obstante, solo un mes después con la pandemia, a los profesionales sanitarios no les quedó otra que "arremangarse" y "hacer todo lo que pudimos y más".

¿HUELGA DE INTERNISTAS?

"Volvemos a la situación prepandemia sin haber acabado la pandemia. Si la situación antes era insostenible ahora es directamente inasumible", recalca María, internista en el CHUS y con casi 20 años de carrera a las espaldas.

En este escenario, la posibilidad de una huelga en el servicio parece cada vez más cercana, con los efectos que esto puede tener esta decisión sobre los usuarios. "Pero a los usuarios ya les afecta en este momento la sobrecarga que tenemos. Estamos preocupados por la asistencia que prestamos y así lo manifestamos desde el primer día a la Gerencia y a la Consellería. Esto compromete la calidad asistencial y la seguridad de los pacientes, porque si tenemos que hacer el trabajo de dos o tres personas hay muchas más posibilidades de cometer errores", lamenta María, que solo quiere "ver a mis pacientes con el tiempo suficiente y calidad".

La suya es, dice, una profesión "muy vocacional", lo que empuja a los trabajadores a aguantar el aguacero. "Por tu paciente te quedas dos horas más, y aguantas y tiras del carro, dejando de lado el derecho laboral por el compromiso que tienes con los usuarios", explica. Pese a todo, se trata de una situación "tan inasumible" que la opción de la huelga sobrevuela el CHUS. "La última opción sería tener que llegar a una huelga. No nos gustaría, pero si tenemos que llegar a ella...".

La huelga podría hacerse extensible a todos los puntos de la geografía gallega, porque la sobrecarga no parece circunscribirse al área de Santiago - O Barbanza, pese a que ayer el CHUS reportó la enésima jornada de colapso en las Urgencias del hospital. En las últimas horas hemos visto como la Sociedade Galega de Medicina Interna rogaba a las administraciones que "movilizasen los recursos necesarios" mientras en el Hospital de Verín el Servicio de Medicina Interna denunciaba el desmantelamiento que padecen ante la falta de personal.

"Llevo casi dos décadas dedicándome a la medicina. En Santiago he vivido el accidente del Alvia, las oleadas del coronavirus... Pero este es el momento más crítico que recuerdo. Es una situación crónica, prolongada en el tiempo y a la que no vemos salida en un momento en el que estamos desgastados", esgrime María.

CON LA CONSELLERÍA NO SALEN LAS CUENTAS

Desde luego el final del problema no parece cercano, y más después de que la última reunión entre la Xunta y los jefes de servicio solo alcanzase "cierto consenso". Por ahora no hay más encuentros en el horizonte mientras el deterioro del servicio se hace cada día más evidente. En este sentido, hay una serie de líneas rojas que desde el colectivo tienen bien marcadas en el proceso de diálogo y que el colectivo espera presentar en los próximos días en un texto que apoya la práctica totalidad del gremio en Galicia.

"Ha llegado el momento de que se realice una cobertura completa de plazas vacantes, que se realice un plan funcional en cada uno de los servicios cuanto antes, calcular de manera realista y detallada el número de facultativos que se precisan en cada centro para hacer una convocatoria pública, debe incentivarse la ocupación de plazas sin cobertura con contratos mejores, ya que parece que para la Consellería el único problema son los comarcales, pero también los hay en Santiago, en Ourense... estamos muy saturados, olvidados y no podemos más", remarca la internista.

Al tiempo, desde el servicio piden una reunión de la Xunta con los sanitarios, más allá de los encuentros entre los jefes de personal que no dejan de formar parte del engranaje del SERGAS desde una posición más organizativa, lo que los invalida como interlocutores en esta crisis "pese a que sus demandas son parecidas y han emitido cartas muy valientes posicionándose del lado de los trabajadores".

"Que se sienten con nosotros y nos escuchen. Hasta ahora la Consellería no ha querido juntarse con nosotros", reprocha la facultativa, a la que, como al resto de compañeros, le bailan las cifras que ofreció Comesaña en su comparecencia, donde cifraba en 253 el número de profesionales "fijos e interinos", a la vez que aseguraba que Galicia se encuentra por encima de la media estatal.

"Son curiosas las cifras que dan, porque los números no salen", subraya María. Con una sencilla regla de tres, y siendo la media nacional de 11,8 por habitante, los números reflejan que la media gallega se quedaría por encima del 9, muy lejos del 14,5 de media que asegura la Consellería.

"Faltarían en cualquier caso entre 60 y 100 profesionales más", atestigua. Solo para el servicio compostelano sería necesaria la contratación de al menos una decena de profesionales más.

Por ahora, a diferencia de en Ourense, donde recientemente renunció el jefe del servicio, en Santiago no se han registrado dimisiones, pero no está lejos la posibilidad de que la plantilla pueda verse mermada por la hipotéticas bajas del personal, ya que la situación "está repercutiendo en nuestra salud". "Estamos tan quemados que en algún momento podríamos tener que necesitar una baja porque nuestra cabeza no da para más", reflexiona.

ESTRATEGIA DE GRIPALIZACIÓN

A las bajas puntuales habría que sumar las ausencias por vacaciones, ya que a las puertas del verano muchos profesionales tal vez elijan estas fechas para su descanso. En un momento en el que las administraciones viraron hacia una estrategia de "gripalizar" la Covid-19, este plan compromete todavía más el servicio.

"Supone más difusión de la enfermedad entre la población", dice, "y hay que tener en cuenta que el comportamiento del coronavirus es distinto al de la gripe, ya que mientras que con la gripe podíamos registrar picos de sobrecarga en invierno, con la Covid nos encontramos ya en una planicie sostenida a lo largo del tiempo, por lo que esa sobrecarga que antes era solo en invierno lo sufrimos todo el año".

Con una población cada vez más envejecida, esto provoca que "cada vez tengamos más pacientes que necesiten ser ingresados". Solo por la Covid, hoy en el área de Santiago hay 63 pacientes en planta, además de uno en UCI. La situación promete ponerse aún más difícil en verano ante la falta de personal y la llegada de miles de turistas a la comunidad. 

"Mismo número de pacientes o incluso más pero con menos médicos, porque también necesitamos descansar y coger vacaciones. Las plantillas se reducen durante unos meses porque no nos cubren y la sobrecarga es mayor".

SIN RELEVO GENERACIONAL

La dificultad para cubrir las bajas vienen en gran medida por lo poco atractivo que resulta para los nuevos profesionales trabajar en el SERGAS. María es de las más jóvenes en el servicio y ve con tristeza como muchos compañeros que se forman en Medicina Interna "no se quedan". "Se van a buscar mejoras laborales, o dejan la especialidad, o se van a otra comunidad, o a la privada...", lamenta. Por eso reclama "incentivar" la contratación y dejar a un lado "los contratos precarios".

"No puede ser que nos ofrezcan contratos de 15 días, semanas, meses... Incluso situaciones tan penosas como ofrecer un contrato, sin poner ni cuándo ni dónde, solo que en cuanto se te necesite acudas a la llamada. ¿Cómo formar una familia, tener un plan de vida? Necesitamos contratos estables, atractivos. Hace falta planificación, porque si no se nos van y no habrá relevo generacional", concluye.