Feijóo, a favor del 'toque de queda' de noche, pero localizado y sin llamarle así, y en contra de las improvisaciones
Debemos dedicarnos a hablar menos sobre el coronavirus y a estudiar más como pararlo sin improvisar, receta el líder del PPdeG. El presidente de Galicia recuerda que las improvisaciones en las medidas están dañando la imagen de España.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha atribuido este viernes la falta de consenso que se constató en la pasada jornada en el marco del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en relación a establecer un toque de queda en España para hacer frente a la pandemia a que "los acuerdos no se improvisan".
Feijóo durante una visita al desarrollo de las obras de ampliación del Hospital de A Mariña, acompañado por el conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña,
Sobre todo, ha remarcado, cuando dichos acuerdos se refieren "a algo tan excepcional" como "aplicar un toque de queda a 47 millones de españoles, con independencia de la situación epidemiológica de los pueblos o ciudades donde vivan y, previamente, declarar un estado de alarma". A su juicio, esta decisión tiene "una enorme trascendencia" y no solo sanitaria, sino también económica y social.
TOQUE DE ATENCIÓN A OTRAS AUTONOMÍAS
Así lo ha trasladado en el marco de un acto en Burela (Lugo), donde el jefe del Ejecutivo autonómico ha reafirmado la postura que ya había anticipado este jueves y ha insistido en que la Xunta es partidaria de que se adopten decisiones "proporcionadas" en relación a la situación epidemiológica de cada territorio, y no de forma generalizada.
De hecho, ha defendido que la Xunta siempre ha sido "favorable" a que las comunidades sean "responsables" en sus decisiones y ha apelado a que los parámetros acordados en el consejo interterritorial de este jueves "se cumplan", de forma que las autonomías estén "a la altura" de la situación que vive España.
"Siempre las decisiones han de ser proporcionadas y proporcionales a la situación del territorio en el que se van a aplicar. Es una práctica clínica bastante razonable. No hay tratamientos generalizados para todos los pacientes, sino específicos para la patología de cada paciente", ha ejemplificado.
"TOQUE DE QUEDA"
A renglón seguido, ha esgrimido que su Gobierno sí que es partidario de restricciones nocturnas tanto de horarios como de movilidad, pero de aplicación "en los territorios que lo que necesiten". "Hoy pueden ser unos, mañana podemos ser otros", ha apostillado, antes de subrayar que Galicia ya aplica restricciones "diurnas" y también "nocturnas en algunos casos" --hay cierre perimetral en varios municipios--.
LEGISLACIÓN
Así, ha remarcado que le parece "absolutamente sensato" abrir la posibilidad de fijar restricciones nocturnas, aunque también se ha reafirmado en que las denominaciones estado de alarma y toque de queda "no aportan nada a las necesidades de la convivencia con el virus y la necesidad de seguir dando docencia, yendo a trabajar y que nuestro país funcione".
Por ello, ha vuelto a defender que Galicia "lleva tiempo" pidiendo "una legislación proporcionada", que haya una ley "que regule la pandemia" y que permita adoptar medidas de restricciones por franja horaria o limitaciones de movilidad cuando sea preciso.
"Si volvemos otra vez a activar estados de alarma o toques de queda a toda la población indiferenciada volvemos a lanzar el mensaje de que España es uno de los países con peor gestión de la pandemia en el mundo. Creo que ese mensaje nos perjudica como país", ha recalcado.
Feijóo ha defendido que Galicia "no renuncia" a aplicar restricciones nocturnas si es preciso, aunque ha insistido en que el objetivo es hacerlo "sin alarmismo pero con contundencia", lo "contrario" de lo que, a su modo de ver, sucede a veces en España. A su juicio, hay que ser "contundentes" contra el virus sin generar "una alarma" que afecte a la economía, a las empresas o a la prestación de servicios públicos.
"IMPROVISACIÓN"
Preguntado por las distintas visiones de las autonomías en la reunión de este jueves, el presidente gallego ha esgrimido que se pudo "avanzar" en un acuerdo "genérico" para establecer una serie de "criterios homogéneos" que Galicia "reclamaba desde hace meses".
Sobre el toque de queda, ha advertido que no hubo acuerdo "definitivo" por "una razón": porque "los acuerdos no se improvisan". "Algo tan excepcional como aplicar un toque de queda a 47 millones de españoles, con independencia de la situación epidemiológica de los pueblos o ciudades donde vivan, y previamente declarar un estado de alarma otra vez nos parece que es una decisión de enorme trascendencia, no solo sanitaria, sino económica y social", ha subrayado.
A su modo de ver, en España sería necesario "dedicar menos tiempo a hablar" y "más a estudiar". "Galicia está a favor de las restricciones horarias diurnas y nocturnas, a limitar movilidad por el día y por la noche, con procedimientos proporcionales, criterios epidemiológicos previos y sin alarmar como lamentablemente estamos alarmando al mundo", ha esgrimido el presidente gallego, antes de abogar por "arreglar las cosas en casa"
Ha apelado a hacerlo "de forma clara" y no "llamando la atención al resto de la comunidad internacional para que señalen a España como uno de los países donde peor se está gestionando la pandemia". A su modo de ver, que esto ocurra sería "letal" para la economía y servicios públicos.
"SOSIEGO Y UN POCO DE PROFESIONALIDAD" EN LA GESTIÓN
También ha considerado "injusto" que el sistema sanitario español esté "cuestionado" fuera del país cuando es "uno de los mejores del mundo". Precisamente, con "uno de los mejores sistemas de salud del mundo", ha insistido en que a España "solo le faltan dos cosas: una ley y criterios para destinar las distintas herramientas jurídicas que se necesiten en cada territorio en función de la incidencia del virus".
"Nosotros pedimos sosiego y un poco de profesionalidad en la gestión, abandonar las tesis de solo estado de alarma o toque de queda, e irnos hacia leyes con las que podamos gestionar la pandemia sin tensionar de forma innecesaria a la población", ha dicho, antes de volver a poner el foco también en el "coste reputacional" fuera de España.
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