La mayoría de los gallegos y de los españoles creen en el modelo autonómico de la Constitución
El Día de la Constitución siempre reabre el debate sobre su reforma. En plena polémica por la entrada de Vox en las instituciones, las encuestas demuestran que los que apoyan la opción centralista de eliminar las comunidades autónomas son una minoria, tanto en España como en Galicia, aunque significativa, en torno al 20%. Entre los que defienden el modelo actual y los que apuestan por más autonomía suman más del 50%.
El Día de la Constitución siempre reabre el debate sobre su reforma. En plena polémica por la entrada de Vox en las instituciones, las encuestas demuestran que los que apoyan la opción centralista de eliminar las comunidades autónomas son una minoria, tanto en España como en Galicia, aunque significativa, en torno al 20%. Entre los que defienden el modelo actual y los que apuestan por más autonomía suman más del 50%.
Como cada año, llega un nuevo 6 de diciembre. Pero esta vez el aniversario de la Constitución se celebra en un clima de crispación que desluce la cifra redonda que cumple la Carta Magna: nada más y nada menos que 40 años de vigencia, durante los cuales España ha vivido su etapa moderna más prolongada en paz, libertad y prosperidad.
Pese a este legado, son muchas las voces que reclaman una reforma constitucional. Sin embargo, no hay acuerdo entre los principales partidos política sobre qué aspectos necesitarían una revisión ni si esta debe realizarse en la actual coyuntura nacional.
El Partido Popular es la formación más contraria a tocar el articulado de la Carta Magna. Los populares aducen que no se da el consenso de 1978 ni consideran que sea la primera de las prioridades para el país.
En una situación intermedia se ubica Ciudadanos, aunque sus propuestas reformistas no sean las mismas que las del PSOE ni Podemos. Mientras la izquierda quiere revisar a fondo la Constitución, la formación centrista propone modificaciones menores e incluso técnicas que no abran en canal el texto constitucional.
EL MODELO DE ESTADO
Pero la gran dificultad de esta reforma constitucional es sin duda el modelo territorial, origen de las principales disputas entre los partidos. Mientras PP y Ciudadanos están dispuestos a clarificar el reparto autónomico de competencias --incluso devolviendo algunas de ellas a la Administración Central--, pero a no dar ningún paso más en la descentralización, la izquierda presiona para "federalizar" el actual sistema.
Las catas demoscópicas también demuestran que la opinión pública está dividida. Según el último CIS, la opción preferida por los ciudadanos es un Estado como el actual, con autonomías, modelo apoyado por el 39,2% de los encuestados. Pero alcanzan el 20,6% los españoles que quieren un Estado sin autonomías y un 12,5% los que quieren conceder mayor autonomía a las comunidades.
El presidente Feijóo con parte del equipo que redactó el Estauto de Autonomía de Galicia
Otros asuntos como el feminismo, las nuevas tecnologías o los retos ambientales, que no se recogieron en el texto original, también podrían tener cabida en la nueva reforma. Pero se necesitaría abrir una etapa de debate profundo entre los españoles para cristalizar un acuerdo parecido al que se logró tras el franquismo y asegurar así que la reforma llegara a buen puerto.
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