El barco de la ONG española ha podido arribar a puerto italiano después de 19 días de espera. La autorización ha permitido desembarcar a los migrantes y refugiados que se encontraban en el buque, si bien varios de los que se encontraban hace unos días en la embarcación intentaron llegar a las costas italianas a nado, en un intento desesperado por abandonar el barco.
Los inmigrantes y refugiados se lanzan de nuevo a aguas del Mediterráneo para intentar llegar a nada a las costas italianas ante la parálisis que las administraciones han provocado en el buque de la ONG española, que permanece fondeado cerca de Lampedusa a la espera de una solución que permita el desembarco de las personas que llevan dos semanas resistiendo en el barco.
La política deberían conformarla la decencia, la honestidad y la responsabilidad.
El ministro italiano insistió este viernes ante los medios en su rechazo a permitir el desembarco de los migrantes y refugiados que siguen esperando a bordo del ‘Open Arms’ mientras otros países europeos han abierto las puertas a la posibilidad de acoger a las personas rescatadas por la ONG española.
A pesar de la prohibición del político italiano para la entrada del buque dentro de las aguas del país transalpino, el barco de ‘Open Arms’, con cerca de un centenar y medio de migrantes a bordo, está fondeado cerca de la península itálica.
Así vemos como, por caso, crece el sentimiento de rechace hacia la población inmigrante al tiempo que un claro descontento hacia la situación presente cuyas causas aparecen difusas a causa de que las fuerzas mayoritarias -conservadores, liberales y socialdemócratas- apoyan las políticas austericidas que aplican las instituciones europeas y los propios gobiernos nacionales.El camino trazado por los gobiernos europeos y las instituciones comunitarias desde los Tratados de Maastrich y Amsterdam favorece entre la ciudadanía europea el desencanto con la Unión Europea actual y crea un caldo de cultivo muy favorable para el auge de las fuerzas neofascistas.
Barcelona y Madrid han sido, esta vez, las estrellas de la pelea estelar entre un socialismo muy táctico y sus dos bestias negras: la derecha popular con sus dos apéndices y, por supuesto, el independentismo.