Casi en tiempo de prórroga, Pere Aragonès, en contra de la opinión de JxCat, ha llegado a un acuerdo con los comunes de Ada Colau para aprobar los presupuestos del 2022, que han estado durante unos días en el “aire” por la negativa de la CUP, que incluso ha presentado una enmienda a la totalidad
Las fuezas catalanas van moviendo fichas en plena precampaña electoral. Por el bando de los independentistas continúan las dudas sobre qué pasara entre Junts, la plataforma impulsada por el ex-president, y el PPdeCat, la marca heredera de la difunta Convergencia.
Pese a que la memoria es frágil, aun recordamos, la declaración que en su día hiciera el presidente de la Generalitat, Quim Torra en la que muy seguro afirmaba que cuando se aprobaran los presupuestos convocaría elecciones en Catalunya.
La división independentista es un hecho, aunque en política nunca dos más dos son cuatro, y las cosas pueden cambiar, pero hoy por hoy la brecha abierta en los dos partidos que aun gobiernan es muy grande como para repetir coalición tras las elecciones.
La reunión de Torra y Aragonés, pese a la cordialidad que afirman los dos protagonistas que la ha existido, refleja la realidad: que cada vez las relaciones entre los dos partidos que gobiernan son más distantes.
Suceda lo que suceda, Puigdemont y Comín van a terminar el año mejor de lo que lo empezaron. Lo que les esperan a los dos políticos huidos en este 2020 es cosa de la justicia y de la política.
La partida de ajedrez que ha montado Puigdemont con un primer objetivo de cargarse a ERC solo acaba de empezar.
Una abstención morada obligaría al PSOE a sumar los apoyos de ERC, lo que está a su alcance, y de JxCAT, lo que es más dificil. Y es que Puigdemont y Torra siguen enrocados en pedirle a Sánchez algo que no le puede dar, un referendum vinculante. Eso sí, los ex-convergentes están divididos.
La ANC está dispuesta a emprender una aventura política. Su presidenta, persona temperamental, está subida a la parra. Nunca ha llegado a percibir que han sido utilizados como conejillos de indias.
Aprovechen que nuestros políticos están en ÍTACA peleándose por los sillones de una forma tan chabacana y vergonzante, mientras aquí, en el Paraíso, nos machacan impunemente.
Un recurso de JxCat, PNV y Coalición Canaria ante la JEC obliga a la cadena a cambiar el formato y dejar fuera a Vox, puesto que se trata de una fuerza extraparlamentaria.
El huido pretende tener controlado al grupo parlamentario que salga en las elecciones del 28-A.
Las diferencias entre JxCat, ERC y la CUP se han visualizado tanto en los discursos públicos como en los pasillos de la Cámara, y está por ver si afectarán en la segunda fase del Debate.