Las principales urbes gallegas celebran la tradicional carrera del 31 de diciembre con recorridos que van desde los 7,3 kilómetros de Lugo hasta los apenas 3.000 metros de Narón.
Los bebés, los ancianos, los animales silvestres, personas con autismo o hiperacusia...son muchos los colectivos que sufren los agresivos festejos de Año Nuevo.