Trabajadoras alertan de la escasez de alimentos en una residencia de la Xunta en Vigo y concesionarias plantean dejarlo

Ayer hubo una concentración de trabajadores de residencias de mayores frente a la sede de la Xunta en Vigo para protestar por la situación en su centro de Bembrive.

Es un centro público, propiedad de la Xunta, pero su gestión está subcontratada. Lo lleva la empresa Serge Lucense. Los trabajadores dicen que no sólo falta personal sino que también hay una gran desorganización. Es más, indican que las condiciones en las que viven las personas mayores son pésimas.

Los empleados del subcontratista atienden a unas 150 personas mayores. Los trabajadores dicen que son tan pocos que los vecinos pasan horas en los pasillos antes de acceder a los comedores. Añaden además que visten con ropa inadecuada para esta época fría del año.

La precariedad es tal que dicen que las raciones de alimentos son cada vez más escasas. También señalan problemas de seguridad. Por ejemplo, que los timbres de las habitaciones no funcionan.

En declaraciones a RNE, Iria Estévez de Comisións Obeiras denunció que "por las noches sólo quedan tres gerocultores", cuando hablamos de un centro con 150 personas mayores. Es decir, un cuidador debe atender a 50 ancianos toda la noche.

Estévez añade que "no funcionan los timbres", los dispositivos con los que los mayores pueden alertar a las enfermeras. Así son las cosas, si una persona mayor tiene un problema, no se le puede ayudar hasta que uno de los xerocultores haga la ronda. La sindicalista de CC.OO. atribuye el hecho de que, a pesar de estas condiciones, no haya ocurrido nada trágico a la existencia de "un ángel de la guarda que los protege".

Los sindicatos -Comisiones, UGT y CSIF- que convocan la protesta señalan también que las residencias públicas de mayores están al borde del colapso por falta de personal. Una opinión que también comparte la Rede, una asociación que reúne a los familiares de los residentes.

Rede advierte de que la situación es "crítica" en estas residencias de la Xunta pero que hay una "gestión privada indecente" en algunas "instalaciones decadentes". El grupo acusa a la concelleir ade Polítca Social Fabiola García de "lavarse las manos".

En este modelo de gestión, el Departamento de Política Social paga una cantidad al adjudicatario para que gestione el centro bajo supervisión pública. Uno de los factores que puede explicar el problema es el aumento de costes experimentado estos años debido a la inflación. Esto reduce los márgenes de beneficio de las contratas, que podrían intentar compensar ahorrando gastos, como limitar el personal y los insumos alimentarios.

ESTRECHECES PROVOCAN ADVERTENCIAS DE ABANDONO

Según fuentes del sector, el centro de Bembivre no es el único de los nueve asilos de este tipo de la Xunta que sufre problemas. De hecho, la tensión con algunos adjudicatarios es de tal calibre que, según las citadas fuentes, han comunicado a la Administración que abandonarán la gestión de los asilos si no aumentan su dotación económica.

Estas advertencias llegan en un momento muy delicado. No sólo hay campaña electoral en cuestión de semanas, también está abierto el proceso de selección de subcontratistas para gestionar los dos centros de Lugo y Santiago que la Fundación Amancio Ortega donó a la Xunta.