Tres semanas de espera para una cita con el médico, una demora "convertida en norma" en el SERGAS

Para explicar la delicada situación de la sanidad pública en Galicia lo mejor es acudir a la experiencia de aquellos que sufren en sus propias carnes las deficiencias, los retrasos y la falta de profesionales en los centros de salud, a los que acuden a diario miles de gallegos en busca de una solución para sus dolencias. Para muestra, un botón, el del Centro de Salud de Vite, donde una de sus usuarias, Rosalía D. F., ha llevado su historia a la Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS como ejemplo de las muchas carencias del sistema gallego.

La lista de espera en este centro de salud es de hasta tres semanas para una consulta. Así, los pacientes que llamaron pidiendo una cita el pasado 17 de octubre se encontraron con la desagradable sorpresa de que no podían ver a su médico hasta el 31 de este mes, una circunstancia que se lleva dando desde hace meses. 
 

La afectada relata que desde que llegó a este centro de salud se han sucedido los cambios. Si bien en un primer momento era atendida por la doctora que le había sido asignada -un problema de salud provoca que tenga que acudir con frecuencia al médico-, de un tiempo a esta parte,concretamente desde mayo o junio, la situación ha cambiado. “De pronto me encontré con que para pedir cita la espera era de dos o tres semanas, y que mi doctora estaba de baja”, explica. 

“Tuve que ir por la baja en dos ocasiones y me ponían problemas para darme cita, diciendo que la sustituta solo venía unas horas al día y que no había citas disponibles”, comenta Rosalía, que tuvo que “insistir” para poder ser atendida. 
 

“La última cita que tuve la había pedido tres semanas antes porque no había nada disponible más temprano. En esa consulta la doctora sustituta me dio un volante para pedir cita en el mostrador de la entrada. La cita era para hablar ella con el especialista, y después me tenían que dar otra a mí para darme los resultados. Pues bien, la administrativa me dijo que no me podía dar aún esa cita porque no sabían cuando llegaba mi doctor definitivo. Yo pregunté: ‘¿Qué doctor definitivo? ¿Mi doctora no va a volver?’. Me dijo que no, que venía un nuevo doctor y que probase el lunes a llamar a ver si ya tenían su agenda y me podían dar la cita”, desarrolla la afectada. 
 

UN PROBLEMA EXTENDIDO

Desde la Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS insisten en que este no es “un caso aislado” y que son muchos los usuarios que sufren la demora en este centro de salud donde la falta de personal “raya la obscenidad” y en donde “las demoras importantes se convierten en norma”, al igual que ocurre en otros centros de la misma área sanitaria. 

En ese sentido, citan el centro Concepción Arenal, con listas de espera de 9 días para el médico y prácticamente dos semanas para ver al pediatra, o al de Fontiñas, donde incluso han suspendido el acceso telemático a las citas para atención bucodental. La asociación recuerda que estos retrasos “exceden ampliamente lo que cabe considerar como razonable” y van contra los derechos de los pacientes. 
 

Al tiempo, estos problemas en la Atención Primaria son un rémora para el correcto funcionamiento de todo el sistema de atención público. De esta forma, las consecuencias son un aumento del coste por el uso de “medios adicionales que no serían necesarios de recibir una atención temprana”, el “colapso de los servicios de urgencias hospitalarias” y un aumento de la demanda en la sanidad privada.

RATIOS INASUMIBLES

“Cuando no se cubren las bajas por vacaciones, enfermedad o jubilación del personal sanitario se está produciendo una sobrecarga que redunda en una baja calidad en la atención, con un esfuerzo desproporcionado que obliga a jornadas de trabajo que exceden ampliamente las 8 horas y tiempos de consulta por paciente que no permiten un diagnóstico adecuado y un tratamiento multidimensional”, reprenden desde el colectivo, que pone el foco en la falta de profesionales y los ratios inasumibles que tienen hoy los sanitarios. 

“La atención primaria cada vez está más lejos de cumplir sus funciones de prevención y seguimiento continuado de los pacientes y está siendo empleada como una barrera de contención para demorar el acceso a los servicios especializados hospitalarios. El relato de Rosalía D.F. lo demuestra una vez más”, lamentan, al tiempo que exigen responsabilidades a la gerencia y soluciones para resolver las carencias de los centros con “las contrataciones necesarias de personal sanitario”.