La probable ruptura del PSOE en el Ayuntamiento Santiago hace factible una moción de censura del PP

La crisis del PSOE de Santiago sigue agravándose y va camino de una escisión de, al menos, el Grupo Municipal. Gonzalo Muíños, el portavoz al que el partido acaba de suspender por 18 meses, insiste en que no dimitirá. Lo confirmó esta mañana arropado por tres concejalas, del total de seis ediles socialistas. Son, por lo tanto, cuatro votos en el Pleno que, dado el caso, podrían ser suficientes para abrirle la puerta de la alcaldía al Partido Popular (PP).

La crisis en Santiago ha tomado tal cariz que hay incluso alcaldes de otras localidades que están dejando traslucir su malestar con la actuación del partido. Es el caso de Blas García, alcalde del vecino Ames. Pese a reconocer que “dos no discuten si uno no quiere” y que “la culpa la tenemos todos, incluso elementos ajenos a la agrupación de Santiago”, García ha reclamado en Radio Galicia a la dirección gallega que intervenga ya en la disputa para zanjarla definitivamente.

El amiense argumenta que el partido está dando tal espectáculo que perjudica sus opciones no solo a nivel Santiago, también en los ayuntamientos limítrofes -donde viven muchos trabajadores compostelanos- e incluso a nivel gallego.

Divisiones internas y advertencias de la dirección gallega

¿Qué hace esa dirección gallega? Durante meses borrarse del mapa, “no es el fin del mundo”, repitió aún este fin de semana José Ramón Gómez Besteiro. Ahora, que la crisis ha llegado al punto que es evidente que puede romper el partido, alinearse claramente con la dirección local de Aitor Bouza y en contra de Gonzalo Muíños.

El secretario general José Ramón Gómez Besteiro ha advertido a las ediles que defienden al portavoz municipal que si incumplen la orden de echar a Muíños de la portavocía tendrán el mismo castigo que él. Es decir, una suspensión temporal primero y, finalmente, dado el caso, una expulsión del partido.

El PSOE en el Pleno de Santiago quedaría así dividido. Por un lado, Muíños y sus tres apoyos (Mercedes Rosón, Milagros Castro y Marta Álvarez) y por otro Gumersindo Guinarte (a quien el partido pretende ascender a portavoz) y Marta Aval (a quien el partido quiere ascender a secretaria).

Consecuencias políticas de la crisis

La pelea trasciende al PSOE de Santiago. Hay que tener en cuenta que el ejecutivo de BNG y Compostela Aberta suma ocho votos (seis nacionalistas y dos de la marea). El PP tiene 11. Por lo tanto, si los conservadores logran atraer a los concejales afines a Muíños sumarían 15 votos, mayoría absoluta, suficiente para una moción de censura o para tumbar casi cualquier acción de gobierno.

Aunque un pacto del PP con los sancionados del PSOE está muy lejos -Muíños y los suyos acaban de firmar el pacto de presupuestos con la alcaldesa Goretti San Martín y María Rozas de Compostela Aberta- es evidente que la pelea interna deja al gobierno de Santiago, que ya estaba en minoría, en una situación más débil. Si los afines a Bouza suman sus votos al PP también alcanzan mayoría absoluta. Con más de media legislatura por delante, ¿quién sabe lo que puede pasar?

Ruptura interna y sus posibles consecuencias

Lo que es evidente es que el PSdeG-PSOE de Santiago camina hacia la ruptura. Además de asegurar que no dimitirán porque ellos representan la legitimidad de los votos del PSOE, han acusado a Aitor Bouza de estar intentando forzar la dimisión de alguno de los cuatro para que corra la lista y pueda entrar él como concejal para hacerse con el control del grupo.

Los cuatro han dicho que no van acatar el escrito del partido enviado el viernes en el que se les reitera que de no seguir las órdenes inmediatamente acabarán siendo expulsados. También han defendido sus decisiones de no cesar a dos trabajadores eventuales del Grupo, como les pidió Bouza, y su voto a favor de la normativa que no concedió una amnistía a las viviendas de uso turístico sin permiso municipal.

La normativa sobre los pisos turísticos fue el motivo por el que explotó una disputa que llevaba tiempo gestándose. Tras la derrota electoral, el exalcalde Xosé Sánchez Bugallo se fue al Senado, cediendo el timón al joven Aitor Bouza. Visto lo visto, está claro que Bouza tenía y mantiene el apoyo de la dirección gallega y de Ferraz pero no la confianza de los concejales que en su día formaron el equipo más próximo a Bugallo.

Un conflicto que puede trascender la legislatura

La tensión entre la Agrupación Local que lidera Bouza y el Grupo Municipal que lidera Muíños ha ido aumentando hasta la guerra abierta actual. El PSOE de Santiago le ha pedido al secretario municipal que aparte a Muíños -ya suspendido de militancia- del Grupo. Por lo visto hoy, las tres concejalas que apoyan a Muíños llevan el mismo camino.

A tal altura, parece difícil que los dos bandos socialistas coexistan en el mismo grupo el resto de legislatura. Una ruptura que, tarde o temprano, como advierte el alcalde de Ames, puede acabar pasándole factura al PSOE tanto dentro como fuera de Santiago.