Resulta indiscutible que este gobierno español de turno (PSOE/Sumar) lleva hecho mucho y bueno por las mayorías sociales y, muy especialmente, por quien peor lo está pasando. Que a nivel macroeconómico y social se están obteniendo resultados estupendos como confirma la evidencia de que España es uno de los estados de la Eurozona que mejor está afrontando la recesión.
Una realidad que no impide, más bien estimula, un comportamiento subversivo por parte de las derechas (PP/VOX) y sus aliados (judiciales y mediáticos) que buscan por medios escasamente democráticos derribar el legítimo gobierno de turno. Ya se sabe cuál es para aquellos la tesis que justifica este comportamiento antidemocrático: un gobierno solo es legítimo cuando gobiernan las derechas. Una de las tácticas que utilizan para conseguir este objetivo subversivo es embarrar el escenario político.
En Galicia muchos sabíamos que cuando Núñez Feijóo y su guardia pretoriana (Miguel Tellado, Mar Sánchez...) se fueron para Madrid iban a trasladar a la capital del reino las formas y modos políticos que llevaban utilizando en Galicia todos estos años. Unos modos y formas que copiaron de Jose María Aznar cuando este estuvo al frente del Partido Popular (PP) y que tienen la trola, el insulto, la crispación, el barro...como argumentos políticos. Unos modos y formas que, todo hay que decirlo, encuentran en las redes sociales un vehículo de expansión formidable pero que en Europa occidental son propios de las extremas derechas. Una última prueba, por lo de ahora, de este comportamiento la tenemos en su actual posición con relación a la memoria histórica, negando las evidencias e intentando blanquear a una de las dictaduras más crueles y sanguinarias del siglo XX: el franquismo.
Frente a esta estrategia política subversiva y antidemocrática el gobierno español de turno (PSOE/Sumar) no debería entrar al trapo, no debería caer en las provocaciones. Unas provocaciones que, como subrayaba antes, buscan embarrar el escenario político (el terreno de juego en el que mejor se mueven esas derechas extremas). Llegados aquí, quiero señalar que no comparto, de ninguna manera, lo que no pocos medios de información y opinión, incluso progresistas, afirman de que la responsabilidad de este barrizal corresponde tanto a los partidos de las derechas como de las izquierdas. De ninguna forma: no lo comparto porque no es verdad. Bastan dos ejemplos: el primero hace referencia al poder judicial, el segundo a los medios de información y opinión. En esta dinámica política está jugando un papel destacado un sector muy relevante del poder judicial, a quién merecidamente se conoce como “la caverna judicial” y que se ve respaldado por la negativa del Partido Popular (PP) a renovar el CGPJ (Consejo General del Poder Judicial). El segundo, que son los medios de información y opinión, especialmente las redes sociales, ligados a estas derechas extremas (“la caverna mediática”) quienes con sus editoriales, artículos de opinión, entrevistas, debates...alimentan esa estrategia.
Una estrategia que los partidos del gobierno (PSOE/Sumar) deberían combatir bajando a la tierra y explicando sus políticas a las mayorías sociales. Este gobierno español de turno tiene que dialogar y escuchar a la sociedad civil al tiempo que ofrecerle la posibilidad de organizarse para así apoyarla. Pero para esto tiene que comenzar por democratizar sus aparatos partidarios que hoy en día están muy burocratizados y jerarquizados y también por abrir las grandes alamedas para que las mayorías sociales puedan caminar por ellas mostrando sus demandas. Porque si realmente se quieren hacer grandes cambios no basta con llegar al Gobierno, sino que se debe movilizar la sociedad civil para hacer frente a las brutales ofensivas de las derechas extremas.
¡Hagan memoria!
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