Convenios bloqueados, el 'Caso Monbus-Alsa', buses antiguallas... El sector del transporte de viajeros sale a la calle

El conflicto en el sector del transporte de viajeros por carretera puede estar llegando a su cenit esta primavera, pero la realidad es que se trata de un conjunto de problemas que trabajadores y empresarios arrastran desde hace muchos años. Ya en la primavera de 2022 un grupo de autobuses rodeó San Caetano para protestar contra el "oligopolio de Monbus" en la comunidad. Un año después, el enfrentamiento se ha recrudecido, trufado de denuncias en los juzgados, investigaciones y con los trabajadores demandando mejoras salariales y laborales en un clima de incertidumbre económica.

Para este jueves 27 y el viernes 28 de abril hay programadas movilizaciones en toda Galicia en dos jornadas de huelga que prometen ser el germen de una huelga indefinida de mucho calado. Promueven la huelga los sindicatos Comisiones Obreras, UGT y la CIG, que presentó en su día la denuncia que archivó Competencia y por la que el TSXG se pronunció el mes pasado instando al organismo a sancionar a Monbus y Alsa, que concurrieron en UTE a varios concursos, al entender que existen indicios de las empresas pudieron haberse "repartido el mercado".

Previo a los días de huelga convocados a las puertas del festivo por el 1 de mayo, centenares de trabajadores se han echado a las calles este martes para instar a la patronal que se siente a negociar de una vez por todas las subidas salariales y mejoras en el servicio. Sin avances -la negociación de los cuatro convenios provinciales está totalmente paralizada en estos momentos-, la huelga podría volverse indefinida a partir del 8 de mayo. 

"ESTÁ PATAS ARRIBA"

Los sindicatos resumen la situación en el sector con que está "patas arriba·". Xosé Pastoriza, de la CIG, Miguel Campos, de UGT, y Raúl Rodríguez, de CC.OO., comparecieron antes de la manifestación y en el marco de la reunión que celebrarán mañana con la patronal, convocados por el Consello Galego de Relacións Laborais, donde las partes tratarán de acercar posturas pero con muy pocas opciones de desconvocar la huelga de esta semana.

Las protestas del jueves y viernes pueden ser, una vez más, masivas, después del gran seguimiento que tuvo la huelga del 31 de marzo, que paralizó casi por completo la actividad tanto del transporte urbano como del transporte escolar. De hecho, en esas fechas los sindicatos criticaron los servicios mínimos decretados en ese día por Monbus, calificándolos de "abusivos". 

Hasta la fecha, la propuesta realizada por los empresarios ha sido tachada de "irrisoria". "Las cosas no cambiaron", lamenta Pastotiza, no especialmente esperanzado en que mañana se revierta la situación: "Tiene que ser una oferta muy grande para poder ir a una suspensión". 
 

Campos, por su parte, recuerda los dos años que llevan los trabajadores aguardando por las negociaciones mientras se "precarizaba" cada vez más su situación, lo que traía consigo la salida de profesionales y la falta de mano de obra. Con una flota de autobuses "envejecida" y "desfasada", poniendo así en riesgo tanto a los conductores como a los pasajeros, los sindicatos claman por una renovación de los buses. Las criticas a Monbus, en este sentido, son especialmente feroces, acusando a la compañía de utilizar en Galicia los buses que rechazan otras comunidades. 

LA XUNTA "DE PERFIL"

"Echamos en falta la implicación en ese sentido, que se cumplan los pliegos y que los coches con los que se trabaja estén en condiciones, para trabajadores y para usuarios", reprocha Rodríguez que, como muchos, dirige su mirada a la inacción a la Xunta y a las condiciones de los contratos de prestación de las líneas como motivo que está detrás del empeoramiento de los salarios de conductores y trabajadores. Así, reprende que se presentan ofertas "deficitarias, incluso por debajo del precio de salida", lo que se traduce en no respetar los pliegos por parte de las concesionarias. 

"De algún lado tienen que sacar el beneficio empresarial. Y lo que hacen es devaluar las condiciones salariales", razona Pastoriza, mientras las patronal dice que es "imposible" ligar los contratos al IPC "porque lo prohíbe la normativa". "Son disculpas de mal pagador", agrega, sobre un sector que, superada la pandemia "está trabajando a tope". 

El Gobierno de Galicia pide que0 se respeten los servicios mínimos que se fijarán en las próximas horas, pero los sindicatos critican que se ponga "de perfil" cuando la administración pública es "una pata muy importante de esta problemática".
 

"Nuestras reivindicaciones son hacia las empresas, pero la Xunta es parte de esto", recuerda Pastoriza. Las plataformas ciudadanas y las asociaciones de pymes, como Galibus, que impulsó la denuncia contra el director xeral de Mobilidade, Ignacio Saavedra, por "prevaricación administrativa", son otro elemento clave en este conflicto. "Estamos en el peor momento que vivió nunca este sector. La Xunta no puede mirar a otro lado", zanjan los sindicatos.