El mar se tragará las playas de Galicia esta semana: llegan las mareas vivas más "voraces" en casi dos décadas

Esta semana las playas de toda Galicia dejarán una estampa muy poco habitual, tanto por el exceso de sus arenales como por su ausencia. Y es que esta semana, con la luna llena, las mareas vivas serán expecialmente vivarachas, dejando a la vista más terreno del habitual cuando están bajas y llegando mucho más arriba de lo que acostumbran cuando suben. Este es un aviso tanto a los que pasean por la arena como para los que aparcan en el pantalán, confiados de que el agua no llegará hasta su coche. 

¿POR QUÉ SUBEN Y BAJAN TANTO?

Todo esto se debe a una curiosa alineación astronómica que no se daba desde hace 19 años, casi dos décadas esperando al máximo apogeo de las mareas. A partir de hoy y hasta viernes, aproximadamente, las aguas retrocederán y avanzarán a niveles inusuales, por encima de los cuatro metros en toda la costa. Este jueves será el día en el que las mareas serán especialmente "voraces" y se podrá disfrutar de este espectáculo natural, ya que la luna alcanzará su cenit en cuanto a tamaño. 

Esto, sumado a la proximidad en el calendario con el equinoccio de otoño, hace que sean más intensas las mareas. Pero también otros factores como el hecho de que la luna está en estos momentos en su perigeo, el punto de la órbita elíptica que traza el satélite y que se encuentra en estos momentos más cerca de nuestro planeta, por lo que el efecto gravitacional tiene una singular influencia sobre las mareas. Esta atracción hace que la fuerza de las mareas sea mayor, por lo que tanto en los momentos de bajamar como de pleamar el agua llegará a su nivel máximo.

Algunas zonas, como Foz, el tope se situará por encima de los cuatro metros y medio. A medida que bajamos por el litoral, el fenómeno perderá intensidad, siendo en A Guarda donde se aprecie con una magnitud menos severa. Será una buena oportunidad para visitar espacios como la Praia das Catedrais, siempre, claro está, en los momentos de retirada del mar, ya que en esta zona la subida del mar es repentina y más de un despistado puede quedar atrapado por el agua. Por otra banda, y aprovechando el veranillo de San Miguel, algunos se quedarán sin día de playa pese al buen tiempo porque, literalmente, no habrá playa en la que plantar la sombrilla.