Otro Prestige es solo cuestión de tiempo debido a la flota oscura de petroleros rusos, advierte Lloyd’s

Un opaco entramado de cientos petroleros rusos opera en las sombras para eludir sanciones internacionales impuestas tras la invasión de Rusia a Ucrania. El problema añadido para Galicia es que las pésimas condiciones de esta dark fleet o flota oscura o flota fantasma disparan el riesgo de un desastre ambiental.  

Expertos llevan años advirtiendo del peligro. Por ejemplo, Lloyd’s List - la biblia de la industria del transporte marítimo y una de las revistas más antiguas del mundo- acaba de publicar un reportaje titulado “¿Será necesario  otro Prestige para hacer frente a la amenaza de la Flota Oscura?”.

La revista británica ha calificado esta flota como una "bomba de tiempo ecológica y financiera". En un reciente artículo, la publicación advierte que estas embarcaciones, con una media de 17 años de antigüedad, operan sin seguros adecuados.  Es decir, en caso de naufragio, España no tendría a quien reclamar los daños. Eso si es capaz de identificar la verdadera identidad del navío y sus dueños pues Lloyd’s ha descubierto que estos petroleros cambian habitualmente de identidad, compartiendo nombres falsos.

Aunque la flota rusia utiliza diversas rutas para llegar a Asia y a India, la mayoría de las embarcaciones que parten del Ártico o del Báltico optan por el trayecto tradicional a través del Canal de Suez, lo que las lleva a navegar en proximidad a las costas gallegas. 

La ucraniana Kyiv School of Economics (KSE) estima que cada mes más de 80 petroleros de Rusia cruzan el Canal de la Mancha llevando más de 50 millones de toneladas de crudo. La mayoría de ellos acaban pasando frente Fisterra rumbo al Estrecho de Gibraltar. 

No se trata de amenazas hipotéticas. Los recientes incidentes registrados por estos petroleros confirman la necesidad de España y Galicia de tomarse la cuestión más en serio.

ACCIDENTES EN ESTE INVIERNO

Así, hace un mes dos embarcaciones de esta flota sufrieron accidentes graves en el estrecho de Kerch, causando el derrame de 3.700 toneladas de fueloil y afectando 60 kilómetros de costa. El 15 de diciembre de 2024, dos petroleros costeros rusos, el Volgoneft 239 y el Volgoneft 212, sufrieron graves daños durante una fuerte tormenta en el estrecho de Kerch, entre la península de Crimea y la región rusa de Krasnodar. Los buques transportaban aproximadamente 9.200 toneladas de mazut, un producto petrolero pesado y de baja calidad. 

El presidente ruso Vladimir Putin ordenó la creación de un grupo de trabajo de emergencia para gestionar la crisis.  Con todo, un mes después del incidente, el derrame continúa propagándose, lo que ha llevado a Putin a describir la situación como "uno de los desafíos ambientales más graves que hemos enfrentado en los últimos años". han recolectado más de 155.000 toneladas de arena y tierra contaminadas 

Este mismo viernes, los servicios de emergencia alemanes han asegurado un petrolero de la flota oscura cargado con más de 500.000 barriles de petróleo que estaba inutilizado y a la deriva dentro de aguas territoriales alemanas frente a la costa de Rügen, según los medios alemanes y los informes de víctimas. El barco en problemas, llamado Evelyn, está abanderado en Panamá. 

Los siniestros del Evelyn y de los dos petroleros en el estrecho que une el Mar Negro y el de Azov son solo los últimos de una larga serie de incidentes:

La compañía de seguros Allianz señala que estos navíos han protagonizado al menos medio centenar de percances hasta el momento, entre los que se incluyen incendios, problemas mecánicos, choques, pérdida de maniobrabilidad y derrames de combustible. «Aunque se han hecho esfuerzos por minimizarlo, la cantidad de tanqueros operando en la sombra sigue en ascenso, y hemos presenciado múltiples incidentes de encallamiento y colisiones», destaca uno de los líderes en seguros marítimos.

Por su parte, KSE advierte en un reciente informe que un gran desastre relacionado con esta flota fantasma es solo cuestión de tiempo. Los ucranianos señalan que hay un conflicto inherente entre los intereses de los países que conceden banderas a estos navíos - que deberían ser los encargados de hacer cumplir los requisitos de seguro obligatorio para gozar de una identificación de la Organización Marítima Internacional- , y los estados costeros, como España, que asumen el riesgo de un derrame.

La propia Organización Marítima Internacional (OMI) ha reconocido que muchas de estas embarcaciones operan bajo banderas de conveniencia y a través de compañías fachada, dificultando la supervisión y el cumplimiento de las normativas internacionales. 

¿Qué países abanderan los petroleros de la flota oscura? 

Son países normalmente con pocos recursos para hacer cumplir las reglas OMU. Islas Marshall, Camerún, Palau, Vietnam, Panamá, las Islas Cook, Gabón y Liberia son las banderas de conveniencia más frecuentes en esta flota, según el KSE. Una flota que no para de crecer, además. Rusia ha invertido más de 10.000 millones de dólares desde 2022 para expandirla comprando viejos petroleros y así eludir las sanciones y el tope de precios impuesto por el G7.

Expertos como los de Lloyd’s List alertan sobre la falta de transparencia en la gestión de estas embarcaciones, que suelen estar aseguradas por compañías con historial dudoso cuando han tenido que hacer frente a indemnizaciones por derrames. Además, muchas operan sin seguros P&I adecuados o simplemente sin seguro.

La Unión Europea, consciente del problema, ha prometido medidas.  En julio de 2024,  uno de los países con mayor riesgo, Alemania, anunció nuevas medidas para aumentar la presión sobre esta flota, pero reconoció que se trata de un desafío continuo. 

Y es que  las tácticas de encubrimiento de la "dark fleet" –como el cambio constante de nombres y número de registro– dificultan su aplicación efectiva.

Frente a este panorama, organizaciones como la OMI instan a los países abanderantes a endurecer la supervisión y exigir pruebas de seguros adecuados para los buques en tránsito.  Con todo, visto lo visto, parece que se necesita un desastre para impulsar una respuesta real, como cuando la comunidad internacional prohibió los petroleros monocasco a raiz de accidente del Prestige en 2002.