Grietas en la Xunta ante la presión de las patronales eólicas contra el giro social de Rueda

La semana pasada la Consellería de Medio Ambiente organizó el “Foro Técnico sobre la situación do sector eólico en Galicia”. En el programa no haía nadie de la Consellería de Industria, que es la responsable de la planificación del sector eólico en Galicia.

Consultada por esta ausencia, fuentes oficiales de Medio Ambiente explican a Galiciapress que  “o foro do pasado venres centrouse na tramitación referida á avaliación ambiental dos proxectos eólicos e na situación xudicial actual desa tramitación, cuestións de competencia exclusiva da Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático, fronte ás competencias de planificación que ostenta a Consellería de Economía e Industria”. Esos portavoces oficiales añaden que “tratouse dun foro totalmente público no que se podía inscribir calquera persoa interesada” y que se apuntaron  “expertos, académicos, representantes do sector eólico, responsables municipais e funcionarios que interveñen nas avaliacións ambientais, entre outros”.

Vamos, alegan desde el departamento de Ángeles Vázquez, que es normal que no estuviera nadie del departamento de María Xesús Lorenzana. La verdad es que a varios de los empresarios presentes no les pareció tan normal.

Tampoco les resultó normal que uno de los ponentes seleccionados por Medio Ambiente  hablara de las medidas anunciadas por Industria de manera muy crítica delante de la organizadora, la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez.  El encargado de poner voz al malestar del empresariado eólico fue un extranjero, Giles Dickson, CEO de WindEurope, patronal que agrupa a más de 400 empresas de toda Europa, que alertó de una “espiral de bloqueo” en Galicia y no solo por culpa de las sentencias del TSXG contra los permisos otorgados por Medio Ambiente.

El miembro de la patronal europea alegó en el foro de la Xunta que la obligatoriedad de venta del 50% de la energía a comercializadoras de Galicia -medida estrella de Lorenzana- viola las más básicas reglas de libre comercio de la UE y advirtió que de acabar siendo una realidad tendrá la correspondiente respuesta de las empresas en los juzgados. También criticó otra de las medidas anunciadas por Industria, obligar a sustituir los aerogeneradores viejos por otros más eficientes, algo que las empresas ven intervencionista.

WindEurope ha alzado aún más la voz esta semana haciendo pública una carta remitida a Rueda. Sobre la obligación que defiende Lorenzana de vender el 50 % de la energía de los parques a compradores de la comunidad  le ha advertido a la Xunta que “el mercado eléctrico en la UE está regido por el principio de libre entrada y salida de operadores” y “no se contempla en ningún momento que la salida pueda ser impuesta al operador por una autoridad pública”. 

La dura misiva no ha sido publicada por fuentes oficiales de Windeuropa. Además de a Rueda, la patronal mandó la carta a Lorenzana, Vázquez, a la Ministra para la Transición Ecológica y a la secretaría de Estado de Energía.

La europea no es la única patronal que ha alzado el tono. “El sector eólico expresa su más rotundo rechazo a la propuesta de la Xunta de Galicia de obligar a vender el 50 por ciento de la electricidad generada por instalaciones eólicas a empresas exclusivamente gallegas”, afirmó esta semana la Asociación Empresarial Eólica, que es la patronal española.
 

En su opinión, los planes anunciados por Lorenzana “van en contra de la legislación del mercado eléctrico de la Unión Europea, de la normativa de competencia y de la Ley del sector eléctrico”. Las palabras utilizadas por los empresarios son gruesas, viniendo de una patronal. Hablan de “cualquier intervención de un mercado liberalizado es un ataque a los derechos fundamentales que rigen en la propia comunidad autónoma gallega, en España y Europa”. 
 

Si a esto le unimos que la prensa madrileña ha empezado a mostrar un súbito interés en las nuevas políticas impulsadas por la Xunta, con un enfoque mayormente crítico, demandando la intervención del Estado contra las normas que promueve Lorenzana, a Alfonso Rueda no le resultará complicado atar cabos y deducir por dónde vienen los tiros.

Ahora bien, Lorenzana no está sola. El martes, consciente de la marejada, la Confederación de Empresarios de Galicia se mostró a favor de “medidas que, siempre sin perjuicio del marco jurídico y de la necesaria seguridad jurídica", supongan que las empresas y autónomos de Galicia "cuenten con un soporte que garantice que en el futuro serán beneficiarias de los recursos propios de su tierra". Es decir, que, como era de esperar, a los empresaios gallegos, al menos a los ajenos a la eólica, les parece bien que las eólicas tengan que vender a empresas del país la mitad de lo que producen aquí mediante PPA, que son contratos a larga duración, que permiten precios más baratos. Contratos que hasta ahora solo están a disposición de grandes compañías que consumen mucha energía, tipo Alcoa San Cibrao, y que la Xunta quiere extender a PYMES e incluso autónomos. de los ayuntamientos con molinos.
 

Una posible vía para hacer llegar estos descuentos al tejido productivo gallego es la empresa público-privada Recursos de Galicia, donde participa la Xunta (40%) y empresarios del país (Finsa, Gadisa, Nogar, Jealsa, etc.), pero no las grandes eléctricas (Iberdrola, Edp, Enel, Acciona, etc.).

¿Aguantará Alfonso Rueda la presión que empieza a soplar desde la Meseta, la eólica gallega y Bruselas y defenderá a Lorenzana? ¿O la dejará caer y con ella a una de sus primeras políticas propias, todo un volantazo respeto a las aplicadas en la era Feijóo? He aquí la primera gran prueba de fuego de lo que en su día se le vendió a la ciudadanía gallega como el “estilo Rueda”.