La cigala, cerca de extinguirse en Galicia por años de sobrepesca con arrastre y otras artes de fondo
Los marineros gallegos y españoles están en pie de guerra contra los límites que Bruselas está imponiendo a la pesca de fondo, argumentando que no se basan en datos científicos. Sin embargo, un nuevo informe científico demuestra qué la sobrepesca ya ha causado la práctica extinción de la cigala en lugares como las costas frente a las Rías Baixas y el norte de Portugal.
Los institutos oceanográficos de España y Portugal han publicado un informe sobre la situación de una de las especies marinas más apreciadas, la cigala. Los resultados de First Maximum Sustainable Yield advice for the Nephrops norvegicus stocks of the Northwest Iberian coast using stochastic Surplus Production model in Continuous Time (SPiCT) son muy preocupantes.
La biomasa se ha derrumbado un 94% desde 1993. La líder de la investigación, la bióloga del IEO de Vigo Isabel González, señala que en la zona de las Rías Baixas la biomasa de cigala ha caído un 98%. Por lo tanto, la extinción total, o la extinción a efectos comerciales, no estaría lejos:
¿De dónde sacan estas cifras? Los científicos tienen en cuenta tanto las cifras de descargas en lonjas y estudios oceanográficos.
LOS PLANES ACTUALES NO HAN BASTADO
Hay que tener en cuenta que las descargas no son de todo fiables porque, dada la magnitud de la crisis, hace décadas que existen límites importantes a las capturas. Sin embargo, estas limitaciones han sido incapaces por ahora de mejorar la salud del recurso de forma significativa, aunque por lo menos no se ha continuado el derrumbe de otras décadas.
"La mortalidad pesquera, fue muy muy grande desde los años 70 hasta mediados del 2000; entonces, a pesar de que existió ese descenso en el esfuerzo [pesquero], es la mortalidad pesquera la causa del colapso de estos stocks"
¿Y cuál es la causa de la casi desaparición de la cigala de nuestras costas? González lo tiene claro, la sobrepesca. "El esfuerzo pesquero, la mortalidad pesquera, fue muy muy grande desde los años 70 hasta mediados del 2000; entonces, a pesar de que existió ese descenso en el esfuerzo [pesquero], es la mortalidad pesquera la causa del colapso de estos stocks", razona la científica en declaraciones a RNE.
Las conclusiones del estudio demuestran, una vez más, lo delicado de los ecosistemas marinos. Un esfuerzo pesquero excesivo y sostenido en el tiempo es capaz de erradicar una especie de toda una zona.
El ejemplo más popular es la sardina, otrora abundante en las rías -de ahí las numerosas salazones romanas por toda la costa de Galicia- y hoy extinta cerca de costa, tras décadas de sobresfuerzo al hilo la instalación de las grandes conserveras a finales del SXIX.
La extinción de una especie causa no solo un gran perjuicio económico para las generaciones venideras, también un desequilibrio en los ecosistemas locales, que pueden generar efectos perniciosos en cadena.
EL ARRASTRE, EN EL PUNTO DE MIRA
Las conclusiones del IEO llegan en un momento clave para la pesca en Galicia. El sector lleva años oponiéndose a los límites que Bruselas va poniendo a la pesca de fondo -tanto arrastre como palangre- pese a las advertencias científicas de algunas especies van camino del colapso en muchos caladeros.
El arrastre de fondo y el arrastre son precisamente dos de las artes que más se usan para la captura de estos habitantes de las profundidades. Las redes de arrastre son particularmente eficaces en la captura de cigalas, pero también pueden tener un impacto negativo en el hábitat y en otras especies marinas.
Claro que no todas las especies son tan vulnerables a la pesca. La cigala lo es especialmente, porque es un crustáceo que no coloniza nuevos hábitats fácilmente.
EXTINTA YA EN LAS PEQUEÑAS LONJAS
Los datos oficiales de la Consellería de Pesca confirman las conclusiones del IEO y de sus colegas lusos. Según su portal de estadísticas Pesca de Galicia, en 1997 se vendieron en la lonjas gallegas 1.800 toneladas de cigala.
El 2020 se marcó un mínimo histórico, con solo 115.000 kilos. Es decir, a penas un 6% de lo que se pescaba hace 25 años. En lo que llevamos de año, no llegamos a los 35.000 kilos, aunque hay que tener en cuenta que mayo, junio y julio suelen ser los meses más potentes.
Hace años, se subastaban cantidades notables de cigala en una docena, aproximadamente, de lonjas de Galicia. En los últimos cinco años, unicamente las grandes lonjas de A Coruña y Vigo han sido capaces de comercializar cantidades relevantes de cigala.
¿PORQUÉ EL ARRASTRE AFECTA TANTO A LAS CIGALAS?
Las cigalas tienen un ciclo de vida complejo que incluye una fase larvaria y una fase adulta. Durante la fase larvaria, las cigalas son pelágicas y se mueven por la columna de agua, alimentándose de plancton. Una vez que alcanzan la fase adulta, las cigalas se asientan en el fondo marino y adoptan un estilo de vida bentónico, es decir, viven en el fondo. Allí, se alimentan de pequeños invertebrados y de materia orgánica que encuentran en el sustrato.
La pesca puede afectar la dinámica de la población de cigalas de varias maneras. Por un lado, la captura de cigalas adultas puede disminuir la población reproductiva y reducir el número de cigalas disponibles para la pesca en el futuro. Además, la pesca de cigalas puede generar una selección artificial de individuos de menor tamaño, ya que se suelen capturar cigalas grandes y se devuelven al mar las más pequeñas. Esto puede afectar la estructura de la población y su capacidad de reproducción.
Por otro lado, la pesca de cigalas también puede afectar el hábitat y la disponibilidad de alimento para las cigalas. La pesca con arrastre, por ejemplo, puede remover el sustrato y destruir el hábitat de las cigalas, lo que reduce su capacidad de supervivencia. La pesca también puede afectar la cadena alimentaria del ecosistema marino, ya que las cigalas son una presa importante para muchos depredadores.
Las cigalas son crustáceos decápodos que habitan en fondos rocosos y arenosos del mar. Son una especie muy valorada comercialmente en muchos países. En Galicia, en los últimos años es imposible encontrarla a menos de 10 euros por kilo en lonja, llegando a alcanzar casi los 25 en época navideña.
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