La revolución digital poco a poco alcanza a todos los sectores y no es de extrañar que el turismo, una actividad económica que en España casi supone el 12% del valor de la renta nacional, no escape a esta tendencia. Cuando queremos programar un viaje, lo primero que hacemos es acudir a Internet -aunque posteriormente visitemos una agencia “física”-, y rastrear posibles ofertas ventajosas entre los numerosos resultados de búsqueda que nos ofrecen los buscadores.
El turista ya no es únicamente demandante pasivo de servicios, ahora es un protagonista activo dentro sector, cuyo comportamiento en las redes influye positiva o negativamente en la reputación de un determinado negocio. Ya es común encontrar en la web las valoraciones de un establecimiento por parte de los clientes que ayudan a otros clientes a contratarlo o no, como este ejemplo real de un hotel de Barcelona:
“Es lamentable que en un aseo con espacio suficiente se prescinda de un elemento fundamental para la adecuada higiene del huésped, un fallo imperdonable cuando se observa un gran esfuerzo en la decoración y el diseño, deben seleccionar personas con mejores hábitos para estas funciones”.
El dosier central del número 102 de la revista TELOS de Fundación Telefónica está dedicado a la relación entre el turismo de calidad y las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).
En la actualidad, la hibridación entre tecnología y actividad turística nos lleva a hablar de turismo 2.0 y turistas 2.0, unos conceptos que reconocen el protagonismo del cliente como promotor de campañas turísticas, pues como explican Verónica AltamiranoyMiguel Túñez en el artículo que ambos firman de la revista, “se involucra de manera voluntaria en la generación y viralización de los contenidos y en la referenciación de los productos y los servicios”.
Internet se convierte en la plataforma idónea para difundir una oferta turística a escala global, mientras que las herramientas 2.0, redes sociales y blogs, habilitan nuevos canales y formas de comunicación no lineales entre el agente de la oferta turística y el cliente. El boca a boca digital para viralizar productos o servicios y la evaluación directa por parte del usuario son nuevos elementos que debe contemplar la estrategia de comunicación de la empresa del sector.
De hecho, podemos hablar incluso de un compromiso con la marca por parte del internauta: “mientras que el número de reproducciones logrado es el resultado de la acción pasiva de mirar -un acto anónimo que no conlleva ningún tipo de implicación personal-, el acto de compartir supone establecer un vínculo simbólico entre el contenido compartido la personalidad del reemisor y la percepción de la comunidad con la que se comparte”.
El maridaje TIC y turismo no ha hecho más que comenzar a mostrar su potencial, que en los próximos años no dudamos que nos sorprenderá por la gran variedad de posibilidades y herramientas aún inimaginables.
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