Papeles… y más papeles, que se suman al papelón, que algunos políticos y no políticos hacen encubriendo o amparando casos, que deberían ser los primeros en perseguir, por el tremendo daño que causan a la base en la que se sustenta el Estado, pero lo cierto es que no se ha empapelado fiscalmente a nadie, obligándole a devolver el dinero, con el lucro cesante, más demoras y retrasos…sin entrar en el tremendo daño social que han causado con su egoísmo insolidario.
Transcurridos quince días de la campaña de la declaración renta 2015 en su fase de internet, con la puesta a disposición de los contribuyentes de los borradores y los datos fiscales, y la posibilidad de presentar la declaración con el programa Padre. No será hasta el 10 de mayo que comenzará la fase presencial con cita previa en las oficinas de Hacienda.
Entramos pues en los tres meses del año en que los eufemísticamente llamados “ciudadanos de a pie” apreciamos de forma más concreta que "Hacienda somos todos" y que para el contribuyente asalariado y solidario “no es solo un lema publicitario”, como tristemente afirmó la abogada del Estado, en el juicio del "caso Nóos", Dolores Ripoll.
Este año hay pocas novedades. Es el primer ejercicio en que se reflejará la reducción de impuestos decidida por el Gobierno del PP “cuando se acercaba la campaña electoral”, y se reducen los tramos de tarifa de siete a cinco y los tipos marginales en la parte estatal, aunque algunas comunidades mantienen los tramos anteriores y los marginales, en un ejercicio de autonomía que humilla.
Como casi cada día del año, últimamente, la campaña coincide con otro escándalo fiscal. Esta vez acaba de estallar el caso de “los papeles de Panamá”, que no se salda con la dimisión del Ministro de las Plus valías eléctricas, Soria, el pasado año, por estas mismas fechas, conocimos que entre los nombres de los acogidos a la “amnistía fiscal del ministro Montoro”, estaba su ex-colega Rodrigo Rato, y aún no ha dimitido nadie, a tan solo 15 días de iniciada la declaración ha aparecido Ministros o ex en las portadas de periódicos y telediarios, con lo que deja antiguos ya los escándalos de Granada, Valencia, etc.
Quiero rendir aquí un reconocido homenaje a la Prensa Libre y más concretamente al diario alemán Süddeutsche Zeitung, así como al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, por el gran servicio que han prestado a la sociedad, buscando, comprobando y publicando los documentos hasta ahora secretos del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca.
Llama la atención por su volumen la documentación encontrada, aunque los que peinamos canas sabemos que todos estos que manejan poder, dinero y reconocimiento social, no siempre son merecedores de reconocimiento de “autóritas ética”, sospechábamos era una práctica habitual y lo doloroso es que tienen la admiración y colaboración de innumerables “papanatas” que aspiran a lo mismo.
Hay un sector importante de la sociedad, que se ufana y tiene por norma de comportamiento defraudar fiscalmente, además de tener reconocimiento social, fácil acceso a los mecanismos para hacerlo, si los pillan la pena tiende a cero, por tanto sale muy rentable el riesgo.
No estoy en contra de que se limiten las ganancias, en absoluto quiero un país esclavo de la subvención, pero no contribuir a la caja común que ha de mantener nuestro precarizado Estado del bienestar, debería ser castigado como “crimen de estado”, ya que se dan todas las condiciones de tal.
El hecho de que entidades o individuos cuya riqueza es superior a la media se abstengan de llevar su parte del fardo supone una carga fiscal mayor, para todos los demás, ya no es solo una cuestión, legal, si no ética, allí donde sepamos que existe fraude continuado, deberíamos de denunciar cual ocurre con los casos de “violencia”, pues violan todos los derechos, actuales y futuros de los otros conciudadanos.
De poco o de nada, sirve aquí aplicar la doctrina Rajoy, según la cual nos tendríamos que alegrar porque la mayor parte de los ciudadanos cumple con sus obligaciones (y además, no tiene manera de escapar de ellas), frente a estos miles de Cualificados patriotas y salva patrias que empiezan por ellos y acaban en ellos cuando deciden tener bien seguras sus ganancias y la parte que deben de devolver al sistema que, curiosamente dicen defender.
Una carga fiscal mejor distribuida se traduciría en una menor presión fiscal para las clases bajas y medias, que siguen siendo el soporte del país y pondría remedio a esta situación, incitaría al consumo más que el crédito barato, que a la larga es más empobrecimiento ¿Cómo va aumentar la demanda si la clase media no es capaz de ahorrar para tener renta disponible?
De cada 100 euros recaudados por el Estado con este tributo directo el año pasado, más de 86 procedían de los salarios.
Ahora que empieza nuestra declaración nos sigue costando convencernos de que Hacienda somos todos (Nóos), y de que no tenga razón la abogada del Estado al sostener que no es más que un lema publicitario.
Los ocho millones y medio de jubilados de este país, tienen que sufrir la humillación de repasar el incremento del 0,25%, de su pensión para ver si están exentos de declaración o aún tienen que pagar al fisco, pese a la pérdida real de su poder adquisitivo de un 2,5%, aunque algunos me dirán que el IPC, ha bajado, otra media verdad de la llamada macroeconomía, y a su vez leer, en “Los Papeles” junto con los derroches y desmanes, sin control, de lo público… La 'hucha de las pensiones' ha menguado en más de 47.000 millones desde 2012. ¿Qué papel queda al jubilado o asalariado? ¿Y a todos Nóos?
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