El Dépor de Fernando Vázquez obligado a un giro de timón tras el naufragio ante el Celta B
El Dépor perdió su primer partido de la temporada dando una muy mala imagen ante el filial de su máximo rival.
El Dépor perdió su primer partido de la temporada dando una muy mala imagen ante el filial de su máximo rival.
El Celta B conquistó Riazor este domingo pasado | Foto: RC Deportivo
Más allá de que este no era ‘O noso derbi’, lo cierto es que la derrota de este fin de semana va a escocer durante mucho tiempo a los aficionados blanquiazules. El Deportivo de La Coruña, que se mantenía invicto en el Grupo I de la Segunda División B, besó la lona por primera vez este curso ante los cachorros del máximo rival. Pero eso no es lo que más debería preocupar a los incondicionales de un equipo que desde principios de curso da muestras de sacar adelante los partidos más por acciones puntuales que por su fútbol.
Ya el primer día el Dépor se llevó su debut en la división de bronce con una apretada victoria ante el Salamanca, con un gol en el minuto 97. Fue la única vez que el Depor anotó más de un gol en lo que va de curso. Desde entonces, los herculinos parecen abonados a los resultados binarios y su juego, lejos de mejorar, se ha estancado sin signos de progresar en ningún sentido.
La virtud de los pupilos de Fernando Vázquez es que concedían pocas oportunidades a sus adversarios, por lo que Carlos Abada apenas tuvo trabajo este año en el que solo ha encajado cuatro goles. Pero los problemas para la creación de juego y la falta de puntería de cara al arco empiezan a lastrar a este equipo, que ya la semana pasada en Pasarón sufrió ante un Pontevedra que tal vez mereció más suerte.
Esta vez, Alfón, con su doblete, no dio opciones a uno de los deportivos más ramplones de la temporada, que han enfadado a la parroquia blanquiazul tanto por la imagen como por la humillación de no poder contra el filial celeste, que celebró conquistar ‘O Novo Derbi’ como si se tratase de un título, especialmente por el empujón anímico que supone en Barreiro asaltar Riazor.
Ahora, las calles de A Coruña demandan un inmediato cambio de actitud y nuevos planteamientos al técnico deportivista, ídolo del respetable pero que poco a poco parece haber perdido el crédito de parte de la grada, que espera ver en Segunda B a un Deportivo que gobierne con puño de hierro. De otra forma, al equipo le quedan muchos años oscuros en las catacumbas del fútbol español…
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