Hace tiempo que lo vengo escribiendo, y no porque sea adivina, sino porque hay cosas que se ven venir a cien leguas de distancia: las salidas de tiesto y las traiciones de Podemos a un gobierno del cual forma parte.Todas ellas dan para escribir un libro capítulo a capítulo, que puede acabar siendo “El libro gordo de Pablete” con todo el material que se viene recopilando, que ya es mucho. ¿Se imaginan tres años más de Podemos en el gobierno?
Pablo Iglesias, una vez más se la ha vuelto a colar por la escuadra al presidente del gobierno y a su equipo económico, con la enmienda presentada por su partido, ERC y Bildu, en la que contempla impedir los desahucios hasta finales del 2022 en prácticamente todos los supuestos. Esta decisión que afianza más el pacto entre los tres partidos “independentistas” ha cogido de imprevisto a Pedro Sánchez y sus ministros. No se esperaban esta nueva traición del líder morado, cuando todo estaba pactado y nada parecía presagiar desavenencias presupuestarias con sus socios de “gobierno”.
El protagonismo dado a Bildu con los pactos presupuestarios y su repercusión mediática ha molestado al PNV, al que Sánchez considera socio prioritario. Para tranquilizarlos, el presidente del gobierno ha mantenido una reunión con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, para reiterarle que sigue siendo socio prioritario. Este le ha reclamado que cumpla con el TAV y se plante ante UP.
Lo que siempre ha querido Pablo Iglesias es ser a la vez gobierno y oposición, además de intermediario con Bildu para tener una visibilidad que derive sus problemas hacia su discrepancia con el PSOE. En Catalunya ha empezado la campaña electoral y hay que marcar perfil propio, sin importarle traicionar a quien sea con tal de que su partido, los comunes -no Podemos, que ha desaparecido tragado por Colau y su amigo Asens-, que quieren un gobierno tripartito en Catalunya, de paso desplace al PSC de Iceta que anda aun mareando la perdiz sobre lo que representa el socialismo catalán.
Mientras Iglesias le echa un pulso a Sánchez, este se ve obligado a acelerar sus negociaciones con Ciudadanos para asegurase que los presupuestos del 2021 salgan adelante. De esta manera, tendrá tres años de gobierno aunque los dos años siguientes sean con presupuestos prorrogados, pero serán los suyos y no los de Montoro. Puede que con la aprobación que tanto le está costando, haya un antes y un después en las relaciones con su socio desleal de gobierno. ¿Se huele algo el del moñete?
Pero la irresponsabilidad y deslealtad del dual Iglesias ha tenido otro episodio esta misma semana cuando Unidas Podemos ha solicitado a la ONU y a la Misión de Naciones Unidas el apoyo al referendo en el Sáhara Occidental. Esta decisión ha molestado a Marruecos, que lo considera una intromisión del gobierno de España, al ser el partido del vicepresidente quien insta a la ONU. Una situación que ha repercutido en la llegada masiva de inmigrantes a Canarias, con crisis incluida. La ministra de Asuntos exteriores no ha dado crédito a la situación creada por Unidas Podemos al desatar una crisis con el país vecino que deberá resolver lo antes posible.
Lo malo del tema es que la incompetencia de Pablo Iglesias es dañina dado el poder que tiene en el gobierno, una persona que es un incompetente.
El presidente Sánchez tienen un grave problema, Pablo Iglesias se ha convertido en el presidente del gobierno paralelo que ha construido. Si no toma medidas esto puede terminar con más conflictos a la vista. Así que iremos escribiendo capítulos del libro gordo de Pablete con su ya conocida frase “el libro gordo te enseña, el libro gordo entretiene y yo te digo contento, hasta el capítulo que viene”.
Isto é periodismo ou opinión para liberar as fobias personais? Libreme Deus de ser defensor de Pablo Iglesias pero xa cansan estes ataques pouco argumentados. Pablo Iglesias non é mais ou menos “competente” por ter mais ou menos desavenencias co psoe senon pola labor como ministro e vicepresidente e os resultados da súa xestión. Que saibamos, lanzou unha medida histórica, que está tardando en chegar pero ahí esta, en fin, analizar feitos e non xestos ou formas, sería a forma de analizalo como xestor. Outra cousa é que vostede diga “a min non me gustan as suas formas”, entón todo correcto.
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