El "pelotazo urbanístico" que podría acabar con el Centro Gallego se puede consumar este mes
Los socios del Centro Gallego de Buenos Aires están convocados a aprobar la venta de su sede el próximo 29 de diciembre. De salir adelante, Galicia puede estar un paso más cerca de perder una parte importante de su historia y de su patrimonio cultural.
Los socios del Centro Gallego de Buenos Aires están convocados a aprobar la venta de su sede el próximo 29 de diciembre. De salir adelante, Galicia puede estar un paso más cerca de perder una parte importante de su historia y de su patrimonio cultural.
Sede del Centro Gallego en Buenos Aires
El Boletín Oficial de la República Argentina publicó la semana pasada el orden del día de la Asemblea. Esta convocada por el interventor judicial Miguel Moyano, pues desde 2012 la gran crisis de la histórica entidad provocó que estea intervenida por la administración argentina.
TRES MESES SIN DIRECTIVA
El orden del día también incluye la aprobación de las cuentas de varios años y la proclamación de la nueva junta directiva.
La candidatura de Ramón Suárez O Muxo ganó las elecciones en septiembre, pero aún no ha sido proclamado. Su directiva defiende que la venta del céntrico inmueble de Belgrano es la única salida para evitar la quiebra y disolución del centro. Eso si, busca un acuerdo por el que el eventual comprador permita mantener y modernizar el languideciente hospital que aún atiende a unos 4.000 socios, pagar las enormes deudas con los trabajadores y la Seguridad Social y mantener la actividad cultural.
LA XUNTA MIRA PARA OTRO LADO
Aquí es donde se enreda la política, pues las repetidas llamadas de la directiva electa para abrir un diálogo con la Xunta para, entre otras cosas, garantizar la salvación del patrimonio cultural -el Centro atesora la que probablemente sea la mayor pinacoteca privada de autores gallegos del siglo XX- han sido ignoradas. En San Caetano puede haber interés por salvar el patrimonio cultural, pero no en rescatar el hospital.
Ni el secretario xeral de Emigración ni el presidente de la Diputación de Ourense, en sus recientes visitas a Argentina, se dignaron a reunirse con la nueva directiva, de la agrupación A Terra, muy crítica con la Xunta. Si lo hizo, por el contrario, la delegación del BNG (conformada por Ana Pontón y Ana Miranda) la pasada semana, quienes denunciaron la "falta de implicación de la Xunta". Los nacionalistas llevarán esta complicadísima situación al Parlamento de Galicia en las próximas fechas. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, tampoco atendió a este asunto en su reciente visita al hilo del G20, pese a que hace poco el PSdeG pidió a la Xunta que tome medidas.
UN HOSPITAL EN SITUACIÓN AGÓNICA
La falta de diálogo perjudica las opciones de salvar al Centro Gallego, que dio refugio a cientos de miles de emigrantes y que aún hoy mantiene una labor asistencial. La prestación sanitaria sobrevive muy mermada por la falta de modernización del hospital, los impagos a la plantilla y la apuesta de las autoridades españolas por Ospaña. Ospaña es una fundación que ofrece atención sanitaria a los emigrantes. La nueva directiva cree que la Xunta y el Estado son cómplices de la crisis del Centro al ptencia Ospaña, contribuyendo a la caída de socios del Centro. Recientemente, la directiva electa denunció Ospaña cambió sus estatutos para expulsar de la su directiva a los representantes del Centro.
Es la asemblea del 29 de diciembre, y no la directiva, quien tiene que aprobar la venta del hospital y su centro. Está por ver si sale adelante, pues ya en una anterior ocasión los socios -muy divididos- dijeron que no a una oferta de Ribera Salud, un empresa controlada por capital de EE.UU. que también opera en España.
Una parte de los trabajadores, organizada alrededor del Sindicato de Salud Privada de la CTA Autónoma, teme que un "pelotazo urbanístico"acabe con la labor asistencial del centro en un inmueble céntrico pero antiguo, que necesitaría de una enorme inversión para convertirlo en un hospital funcional. Otro sindicato, alineado con la labor del interventor judicial, DAER, anunció hace poco la venta del inmueble. Está por ver en que términos y si la operación permite salvar lo que queda de la entidad, que llegó a tener más de 100.000 socios, o es un paso más hacia su muerte definitiva.
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