Las "macrocacerías de zorros" en Galicia llegan a la Comisión Europea

La europarlamentaria Carolina Punset ha llevado a la Comisión la cuestión sobre este "deporte". Diversos colectivos animalistas denuncian las cacerías a las que se someten a estos animales.

Un zorro

Las críticas de la Asociación Animalista Libera y la Fundación Franz Weber ante "la crueldad de las competiciones de caza" y las "matanzas de zorros que se convocan cada año en Galicia", enmarcadas en la campaña #NoEsDeporte, serán abordadas en el Parlamento Europeo.

La europarlamentaria Carolina Punset, adscrita al grupo Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa, ha dirigido una batería de preguntas a la Comisión Europea para conocer su opinión sobre estas actividades en el territorio gallego, en la que denuncia la muerte intencionada de más de 75.000 zorros en cacerías y "campeonatos".

Punset señala en su iniciativa que "la finalidad de estas batidas no es ninguna medida de gestión de la población de zorros, sino macrocacerías en las que se compite en número de animales muertos, sin que exista justificación científica ni censo", y denuncia "autorizaciones libres que se otorgan para masacrar a estos mamíferos".

Fundación Franz Weber y la Asociación Animalista Libera acusan a la Xunta de "avalar" estas competiciones con "miles de euros en subvenciones públicas", de modo que acaban implicando al conjunto de la ciudadanía a pesar del "inmenso rechazo social" que concitan.

Los animalistas lamentan que la Xunta siga concediendo autorizaciones para estas "batidas masivas", que incluso ya aparecen contempladas en un calendario "oficial desde el mes de enero de 2019, mientras no existe, como denuncia Carolina Punset, censo alguno".

En este sentido los colectivos han advertido de que las cacerías de zorros, tal y como se están realizando ahora, suponen "un impacto nocivo para el medio natural y para otras especies".

Así, alertan que decenas de cazadores acompañados con perros "acosan" a otros animales silvestres de forma paralela y siembran "de plomo el terreno" en el que se desarrolla cada campeonato, dejando que este metal pesado pueda ser ingerido por aves o filtrado a acuíferos y otros canales de agua.