Francia levanta la Copa del Mundo tras derrotar a Croacia (4-2)
Francia conquista su segunda estrella 20 años después de la primera en una final portentosa con Griezmann y Mbappé como grandes artífices. Los goles de Perisic y Mandzukic no fueron suficientes en una Croacia que no desfalleció hasta el final.
Los franceses celebran un gol (Getty Images)
Francia se convierte en nuevo campeón mundial tras vencer (4-2) a Croacia en la final disputada en el estadio Luzhnikí de Moscú. Los goles de Mandzukic en propia puerta, Griezmann, Pogba y Mbappé dan la segunda estrella mundialista a la selección gala. Perisic y Mandzukic recortaron pero fue insuficiente para Croacia, que consigue su mejor resultado histórico en un Mundial de fútbol.
Se acabó. Francia dejó atrás dos décadas de lamentaciones y escribió en su dilatada historia un nuevo capítulo de gloria. Atrás quedaron eliminaciones a las primeras de cambio, escándalos extradeportivos o derrotas en finales. En la mente del francés perduraba con tristeza la imagen de Zidane derribando a Materazzi al tiempo que Trezeguet fallaba el penalti decisivo, o al jugador con menos pedigrí de Portugal destrozando ilusiones en la prórroga, en tu propia casa.
Los galos consiguieron reponerse y llegar a Rusia como candidato, pero también un escalón por debajo de Brasil, Alemania o España. Mejor. Si hubo presión, ni se notó. Francia, que superó la fase de grupos sin adornos, desató todo su potencial en las eliminatorias. Argentina, Uruguay y Bélgica capitularon prácticamente sin oposición. Croacia peleó y luchó como si no hubiera jugado tres prórrogas consecutivas. Pero le fue imposible ante cada mazazo.
La primera parte se la llevó Francia con un gol en propia y otro de penalti (primera vez que interviene el VAR en una final), los dos discutidos. Los arlequinados merecieron más que el golazo de Perisic, con peligro constante tanto por tierra como por aire. Pero tras el descanso, Mbappé despertó con una arrancada y disparo que sacó Subasic, otra que acabó en el gol de Pogba y un tiro desde la frontal para colocar el 4-1. El tanto de Mandzukic, prácticamente un espejismo en el único error de Lloris en todo el torneo.
Francia suma su segunda estrella, superando a España e Inglaterra, logrando un título que se resistía en 20 años y que hace justicia al país que modeló el fútbol, pero sobre todo a un Deschamps que fue fiel a su propuesta y al espíritu del 98. En el país de la tortilla de queso y los cruasanes, la vida vuelve a ser de color azul.
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