Es cierto que Galicia no se destaca por la calidad de sus políticos, especialmente desde la desaparición física de Fraga y política de Beiras, últimos dinosaurios de una raza política excepcional que aún no ha tenido continuidad a esa escala. Solo la vida municipal alumbra algunos atisbos de esperanza.
El escándalo de la compra de trenes incompatibles con las vías y los túneles de las líneas de Asturias y Cantabria o el retraso de los trenes Avril son algunos de los aspectos que han motivado las dimisiones.