La compañía coloca la deuda en un grupo reducido de compradores, aprovechando el apetito inversor de los mercados para optimizar su coste.
La institución mantiene sus previsiones de crecimiento, pero alerta de la "incertidubre" futura, que aún no da señales.
Las acciones legales se dirigen contra el Consejo de Administración y el expresidente de la entidad Emilio Saracho.
Entre los inversores optimistas, que son minoría, casi un 21% cree que el parqué madrileño será el que mejor se comporte los próximos seis meses.
El presidente tiene dos ofertas encima de la mesa. Aunque ahora guarda silencio, prometió dejar al club en buenas manos.