Un gesto valiente, condicionado tal vez por la vergüenza histórica de este país europeo al que le falta esa misma determinación para condenar lo que ocurre en Gaza y Cisjordania. En cualquier caso, el castigo de la platea saudí a Kroos es por pensar por sí mismo, algo que en esa parte del mundo es realmente peligroso -y en el fútbol ni te digo-.