Piden cuatro años de prisión a una mujer de Ribadeo (Lugo) por estafar a un amigo con discapacidad unos 45.000 euros
La víctima aseguró que le pedía continuamente dinero y que él se lo daba "porque ella era guapa"
Una mujer de origen portugués se enfrenta a cuatro años de prisión por, presuntamente, estafar a un hombre "en situación de vulnerabilidad", para quedarse con 23.000 euros de su cuenta y obligarle a contratar varios préstamos para distintas compras.
Los hechos fueron juzgados este martes en la Audiencia provincial de Lugo, donde la acusación particular también ha reclamado el pago de 45.000 euros en concepto de daños y perjuicios.
El caso se remonta a los años 2017 y 2018, tiempo en el que ambos llegaron a compartir piso durante un mes a raíz de una relación de amistad que se inició cuando él visitaba el bar que regentaba todos los días para la venta del cupón de la Once.
La fiscal destacó los problemas físicos y psíquicos de la víctima, que tiene dificultades de movilidad por un accidente cardiovascular y pérdida de la visión total de un ojo y parcial de otro, a lo que se suma un déficit intelectual. También acusó a la mujer de hacerle creer a la víctima que tenían una relación amorosa, algo que él mismo negó.
El hombre, que declaró en el juicio en primer lugar, aseguró que ella le fue pidiendo dinero desde que se conocieron e incluso durante la temporada que ella residió en Andorra la Vella y que se quedó sin los ahorros que tenía en el banco, que ascendían a 25.000 euros.
Además, según el escrito fiscal, el hombre firmó el contrato de una tarjeta de crédito, un préstamo personal para la compra de un coche y otro para una tarjeta revolving, ya que ella estaba inscrita en la lista de morosos y no le concedían los créditos. El coche comprado fue para ella, así como el uso de tarjetas, "ya que él no se entiende con eso", explicó uno de los hermanos, quien también llegó a prestarle dinero.
Así, las estimaciones de la familia cifran en 45.000 euros el dinero que ella recibió, "ya que no devolvió nunca nada", aseguraron, como tampoco se hizo cargo de los pagos. Al final recibió una carta de desahucio por impago y entró en la lista de morosos.
A la pregunta de por qué le había dado el dinero a la acusada, él lo justificó diciendo que "porque era guapa", pero aseguró que no esperaba ninguna relación sentimental.
Aseguraron en el juicio que la relación terminó poco después de irse a vivir juntos, cuando el yerno de la acusada, que vivía con ellos, lo amenazó para que le diera dinero.
La letrada de la defensa basó el caso en la negación de las acusaciones y derivó hacia la desaparición de varias cantidades de dinero de casa de los hermanos de la víctima, llegando incluso a apuntar la posibilidad de que el juego y las drogas jugaran un papel en el desarrollo de los hechos.
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