La clase social y el nivel educativo también influye en el ejercicio y, por lo tanto, en la salud. El 52% de los que terminaron sus estudios con más de 20 años hacen ejercicio regularmente, porcentaje que cae a solo el 20% entre los que dejaron de estudiar al acabar la enseñanza obligatoria.

La sensación que cada vez menos gente hace deporte y lleva un estilo de vida saludable ya no es una sensación: ahora está refrendado por datos. Concretamente por los del Eurobarómetro de la Comisión Europea (CE), que dice que el 47% de los españoles son sedentarios, es decir, que no practican ningún deporte o ejercicio físico. Ante ese escenario, los encuestados argumentan la falta, de tiempo y de motivación, como la razón por la cual su estilo de vida no es el más saludable. 

De hecho, los datos de la CE sitúan a España como el noveno país de la Unión Europea (UE) con una mayor tasa de personas con un estilo de vida sedentario, 2 puntos porcentuales por encima de la media del continente.

La encuesta se realizó entre los meses de abril y mayo de este año a cerca de 27.000 ciudadanos de distintas edades y géneros de todos los países miembros de la UE, con la finalidad de conocer sus hábitos diarios de deporte y actividad física. De esos, un millar eran españoles.

POCA PERIODICIDAD Y DESCENSO POR LA PANDEMIA

Más allá de los datos generales, el estudio de la CE señalan que únicamente 1 de cada 10 españoles practica deporte con regularidad. En concreto, la cifra es del 11%. Los encuestados que admiten hacerlo "con algo de regularidad" ascienden al 31%, mientras que otro 11% admite practicar alguna disciplina "raramente". Estos tres porcentajes suman el 53% de la población, mientras que el resto es el que reconoce no hacer deporte nunca.

Del mismo modo, un gran número de encuestados admite que durante los momentos más duros de la pandemia del Covid-19 redujo (de forma total o parcial) sus hábitos deportivos. El cierre de los gimnasios y los centros deportivos y la imposibilidad de salir a la calle más allá de para actividades esenciales explica esa disminución.

Además, casi la mitad de los encuestados (el 46%) dice no tener tiempo para hacer deporte. Es cierto que el trabajo y otras responsabilidades diarias pueden reducir los momentos para hacerlo, pero una solución posible es hacer a pie o en bicicleta algunos desplazamientos que quizá se hacen en coche o en transporte público.

Otra razón que una parte importante de los españoles consultados esgrime para no practicar ninguna disciplina deportiva es la falta de motivación. Este segundo gran grupo incluye a un 25% de las personas que respondieron a la encuesta.

RIESGOS PARA LA SALUD

Más allá del tiempo del que dispongamos, es imprescindible que encontremos momentos para mantenernos activos. Nos va la salud en ello.

"Instituciones gubernamentales y entidades deportivas debemos redoblar esfuerzos para concienciar sobre los beneficios del deporte en la salud física y mental, porque el sedentarismo afecta gravemente a la mortalidad y al riesgo de padecer enfermedades metabólicas o musculoesqueléticas", explica Albert García, responsable del área de Fitness del Club Natació Sant Andreu.

Más allá de eso, está demostrado científicamente que la práctica deportiva estimula la producción de endorfinas, unos neurotransmisores que genera nuestro cuerpo de forma natural y producen efectos similares al opio, favoreciendo la sensación de placer y disminuyendo la fatiga. Uno de los primeros estudios que demostró este hecho lo hizo el investigador de la Universidad de Bonn, Henning Boecker en 2008.

UNA DIETA SANA Y EQUILIBRADA, TAMBIÉN IMPRESCINDIBLE

La otra pata de la vida sana, como apunta García, es la importancia de seguir una nutrición adecuada, una dieta equilibrada, para garantizar un estilo de vida saludable. "Es esencial seguir una dieta rica en productos bajos en grasa, proteínas, cereales integrales, frutas y verduras, que nos ayudan a obtener la cantidad óptima de energía al día", señala.

De hecho, en este sentido España cuenta con una ventaja sobre muchos otros países: somos uno de los estados cuna de la dieta mediterránea. La FAO la considera una herramienta clave para "un futuro más nutritivo y sostenible", tanto desde el punto de vista individual, por los beneficios que aporta a cada persona, como des del colectivo.

En 2020, la dieta mediterránea fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO. Este organismo señaló a Chipre, Croacia, España, Grecia, Italia, Marruecos y Portugal como los países que más velan por ésta.