La 'dedocracia' en el SERGAS es una de las raíces del problema de falta de médicos, acusa la Asociación Batas Blancas

En opinión de Batas Blancas, las iniciativas del SERGAS son meros "parches". Una de las verdaderas raíces del problema sería "los llamados contratos basura, una cultura laboral prácticamente nula y una falta de seguridad psicológica".

Hay que recordar que la Consellería de Sanidade ha lanzado recientemente varias medidas para tratar captar sanitarios, evitar que sus médicos la abandonen por la privada y aumentar, voluntariamente, las horas de trabajo. 

Por ejemplo, hoy se acaba de conocer, indica Faro, que 720 euros del complemento de productividad anual de los médicos pasan a depender de que se reduzcan las listas de esperas. La cantidad condicionada a esta mejora es mayor este año que en ejercicios anteriores, muestra de los esfuerzos del SERGAS de tratar de reducir las largas esperas -a menudo miles de gallegos tienen que aguardar más de una semana para lograr cita con el médico de familia o el pediatra-. 

Batas Blancas argumenta que la magnitud del problema ha crecido hasta tal punto que ya no basta con medidas  parciales, ni siquiera con "mejorar las condiciones laborales y económicas". Demandan un vuelco estructural, organizativo. 

Por ejemplo, acabar con la figura actual de las las Estructuras de Gestión Integrada (EOXI) en las que está dividido el mapa del SERGAS, que están al mando de una "figura política". El colectivo entiende que se "ha producido la politización absoluta de los equipos directivos y resto de mandos de la organización bajo el principio de 'dedocracia frente a la meritocracia' ". 

MÉDICOS SIN ÁNIMO

Son estos cargos, elegidos por la cúpula del SERGAS, los encargados de ejecutar "una política de actitud agresiva, de censura y veto y un mandar sin escuchar hacia todos los trabajadores de la sanidad pública". Las consecuencia es que está aumentando el absentismo y cada vez más profesionales se marchan a la sanidad privada, mientras que los que aguantan están quemados. 

Batas Blancas aboga por medidas estructurales contra lo que ve como una apuesta "privatización".  Pone dos ejemplos. En Vigo, señala que el Hospital Álvaro Cunqueiro fue diseñado demasiado pequeño para permitir que Povisa, cuyos propietarios ya no son gallegos, siguieran haciendo negocio. En toda Galicia, apuntan que "se ofrece sistemáticamente a los pacientes ser operados en centros privados concertados bajo la advertencia que si no aceptan deberán esperar mucho tiempo".