El futuro de ERC en juego: Junqueras resiste frente al independentismo más radical
Este domingo se celebra la segunda vuelta de las elecciones internas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en un ambiente marcado por una división que cuestiona el liderazgo de Oriol Junqueras, quien durante 13 años ha liderado el partido bajo una estrategia de ampliación de bases y pactismo
Este domingo se celebra la segunda vuelta de las elecciones internas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en un ambiente marcado por una división que cuestiona el liderazgo de Oriol Junqueras, quien durante 13 años ha liderado el partido bajo una estrategia de ampliación de bases y pactismo. Frente a él, Xavier Godàs, el candidato de Nova Esquerra Nacional, representa una apuesta por un independentismo más combativo y una vuelta al foco exclusivamente soberanista.
Dos modelos enfrentados: inclusión o rigidez ideológica
En el debate del jueves, las diferencias entre Junqueras y Godàs quedaron claras. Mientras Junqueras defiende la necesidad de conjugar las aspiraciones de justicia social con el objetivo independentista, Godàs acusa a su oponente de diluir la identidad de ERC en su afán por atraer a votantes más allá del ámbito independentista. “Gustando a todo el mundo no gustamos a nadie”, sentenció Godàs, subrayando que ERC debe centrarse en su espacio natural: la izquierda nacional.
Junqueras, por su parte, defendió su estrategia de ampliación de bases como la clave para consolidar una fuerza política amplia y capaz de liderar el país. “¿Qué perímetro os da miedo saltaros?”, cuestionó el exvicepresidente de la Generalitat, recordando que el independentismo no puede limitarse a un discurso excluyente si quiere ser efectivo.
Las estelades como símbolo de las tensiones
Otro punto de fricción fue el uso de la estelada, que Godàs calificó como un símbolo esencial de la identidad política de ERC. Acusó a Junqueras de haber reducido su presencia en actos oficiales durante su mandato, algo que este desmintió categóricamente: “Siempre hemos llevado estelades”, replicó. Además, cuestionó la idea de que exista una incompatibilidad entre la defensa de los derechos sociales y los símbolos independentistas.
El PSC, la frontera ideológica
Las relaciones con el PSC también son un terreno de disputa. Ambos candidatos han asegurado que no entrarán en un Govern liderado por Salvador Illa. Sin embargo, el pacto de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona con Jaume Collboni sigue generando tensiones internas. Mientras Godàs se muestra contrario a este tipo de acuerdos, Junqueras defiende la necesidad de decidir en base a cada contexto y deja la decisión en manos de la militancia de Barcelona.
Un desprecio a Junqueras
El hecho de que Junqueras, quien pagó un alto precio personal con la prisión tras el proceso independentista, enfrente ahora un intento de apartarlo sin una salida digna, genera perplejidad entre muchos militantes. Su línea de pactismo ha sido clave para rebajar tensiones y construir alianzas, pero también ha levantado ampollas entre sectores más ortodoxos del partido, que parece que han apreciado más la estrategia de huir y quemarlo todo que utilizó Carles Puigdemont.
Godàs, con el apoyo de Nova Esquerra Nacional, representa esa facción más crítica, que busca desvincular a ERC de cualquier colaboración con el PSC y apuesta por una estrategia independentista más contundente. Sin embargo, su rechazo a ampliar la base más allá del independentismo podría limitar el crecimiento de ERC en un momento donde la política catalana parece más fragmentada que nunca.
Un partido en tensión
La decisión de Foc Nou, la tercera candidatura eliminada en la primera vuelta, de no apoyar explícitamente a ningún candidato, refleja la fragmentación interna de ERC. Aunque Junqueras insistió en que no hay ambiente “de ruptura”, las divisiones ideológicas y estratégicas son evidentes.
Este domingo, los militantes deberán decidir entre dos caminos: el pactismo inclusivo de Junqueras o la rigidez ideológica de Godàs. La decisión no solo determinará el liderazgo del partido, sino también su rumbo en un momento crucial para el futuro de la política catalana.
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