En las últimas elecciones autonómicas el PSdeG (PSOE) obtuvo el peor resultado en la historia de la autonomía gallega: 9 diputados. Para entender mejor esta debacle seguramente haya que retroceder unos años y visualizar su recorrido después de la pérdida de la Xunta de Galicia que había presidido en la legislatura 2005-2009. Un recorrido de cinco legislaturas marcadas por los frecuentes cambios de liderazgo y las consiguientes batallas cainitas que primaron sobre los debates políticos. Es bien cierto que la actual crisis del PSdeG-PSOE no puede separarse de la crisis general que atraviesa la socialdemocracia europea (una crisis de identidad y de ubicación) pero, en este caso, también hay una serie de claves que tienen un perfil exclusivamente gallego como podremos ver.
Desde la pierda del gobierno gallego el PSdeG-PSOE tuvo 5 secretarios generales en un período de 15 años. Un dato que por sí solo ya da la idea de una organización que mira más a su interior que a la sociedad gallega. Una organización con constantes conflictos internos que desencajan cualquier proyecto estratégico y a cualquier ideología política. Así un espectador atento la este recorrido del PSdeG-PSOE puede comprobar fácilmente como las razones de tales cambios en la secretaría general son más producto de las ambiciones personales que de las diferencias políticas. Cambios que sin duda explican ese destrozo a nivel autonómico.
Porque se votamos un vistazo a implantación a nivel local (96 alcaldías, 2 diputaciones y 1.010 concejales) tenemos la evidencia de que esta organización es una grande fuerza a nivel municipal, lo que supone un notable poder político. Algo que a nivel de representación se confirma con los resultados en las elecciones al Parlamento español donde con 7 diputados y casi medio millón de votos situara muy por encima de las otras izquierdas (Sumar: 2, BNG: 1). Unos resultados que abren la puerta a una lectura que apunta a que el problema político de esta organización seguramente está más en sus élites que en las bases y en la propia organización ya que aquellas parecen estar mas preocupadas por su devenir político que por el del país gallego. Un comportamiento que conduce la que el PSdeG-PSOE aparezca, hoy por hoy, como una organización muy burocratizada pero sin principios ni ideología políticos definidos.
Recordemos que en algún momento de su corta historia esta organización se definió como galleguista y socialdemócrata y que tuvo un papel decisivo en la definitiva consecución de un Estatuto de Autonomía que no desmereciera del vasco y el catalán y que supuso un paso adelante muy importante en la institucionalización de la soberanía de Galicia. Con este bagaje podemos preguntarnos: ¿el actual PSdeG-PSOE se mantiene en esa línea ideológica y política? No es una cuestión cualquiera porque resulta indiscutible que para un cambio progresista en Galicia la participación de esta organización será necesaria, diría imprescindible.
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