Los aficionados al fútbol estaban esperando el inicio de la liga profesional como el que espera algo muy importante. El fútbol es adictivo y los seguidores están engañados hasta en pleno mes de agosto. No les importa que sea periodo de descanso, siguen la actualidad deportiva con intensidad desde la playa, la montaña o cualquier otro lugar de vacaciones.
Este fin de semana se iniciaba el campeonato y, como era de esperar, la vista de cada uno estaba puesta en su equipo favorito, pero también en los dos grandes que dan vida al fútbol: Real Madrid y Barcelona, el orden es indiferente. El club madrileño disputaba su primer encuentro con dos bajas importantes: Thibaut Courtois con rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, se habla de que puede estar de baja un año, y Ardo Güler, que ha sido operado del menisco y como mínimo estará un mes y medio sin poder jugar. A esas dos bajas se le ha sumado este domingo la de Militao, que se lesionó en el partido que jugaban contra el Athletic, al que ganaron por 0-2 en la catedral del fútbol.
El otro grande, el Barça, no tuvo tanta suerte y empató ante el correoso Getafe que, como viene siendo habitual en las últimas temporadas se lo pon muy difícil al equipo blaugrana, Al empate contribuyó la actuación arbitral del colegiado Soto Grande que fue desastrosa , se tragó un penalti de Iglesias a Araujo, vio una mano de Gavi que nadie vio, y expulsó a Raphinha y al entrenador del Barça Xavi por recriminarle su arbitrariedad. Juego sucio del Getafe, interrupciones cada dos por tres, y el gran protagonista del encuentro, el árbitro, al que se le escapó el partido de las manos.
España cuenta con buenos árbitros, nadie lo duda, a la par también de árbitros estrellas que quieren ser las grandes figuras en el terreno de juego. La muestra está en Soto Grande.. Es cierto que los árbitros tienen un trabajo difícil, el lidiar con grandes figuras que cobran millonadas de sueldo, pero eso no significa que tengan que intentar imponer por la fuerza la autoridad que tienen en el terreno de juego. Se vuelven intolerantes, prepotentes y con el sentido de tener la sartén por el mango. Está bien que expulsen a los jugadores que los insulten, que repartan estopa a derecha , izquierda, arriba y abajo, pero deben admitir críticas y dialogar con los jugadores y entrenadores. Hay unos cuantos que hacen su trabajo bien y no se nota que están arbitrando. Otros se han convertido en auténticas estrellas, cosa que no debería ser así y es el caso de Soto Grande, la estrella en el campo del Getafe.
Los sueldos de los árbitros de primera división han subido mucho en los últimos años. Piten o no, tienen asignado un sueldo mensual de 12.000 euros. A lo que hay que sumar unos 4.200 euros más por cada partido que arbitren, que de media suelen ser dos Si además pitan en competiciones europeas perciben 7.000 euros por partido. Con estas cantidades que no percibe cualquier mortal, más de uno se les ha subido a la cabeza.
Un número importante de árbitros se han creído los príncipes del pito, las decisiones arbitrarias, los intolerantes ante el diálogo y los caciques del terreno de juego. Actitudes que dejan al descubierto que algo está pasando con el estamento arbitral, no es nuevo, pero habrá que poner remedio. La Liga Profesional y alguno más se están cargando el fútbol que tantas alegrías y disgustos dan a los aficionados, y tanto dinero a otros que no quieren dejar sus sillones.
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