"Trato discriminatorio" de Alsa en los buses de Ferrol: "Un trabajador nuevo cobra más que uno con 35 años de antigüedad"
La CIG convoca los paros en el servicio del transporte urbano, con una contrata de Maitours -filial de Alsa-, que subrogó a la plantilla de la extinta Tranvías de Ferrol. Cerca de 40 trabajadores se ven afectados por este trato discriminatorio que Luis Taboada, de la CIG, denuncia en una conversación con Galiciapress, donde advierte que el conflicto "va para largo".
El bus ya no pasa por las marquesinas de Ferrol. Al menos, no con su frecuencia habitual, porque los trabajadores de Maitours -filial de la asturiana Alsa- se mantienen en huelga desde principios de semana. Unos paros convocados por la CIG y que afectan al servicio del transporte urbano, con una especial afectación estas semanas de julio, donde muchos turistas se han quedaron sin este recurso, pudiendo echar mano solo de unos servicios mínimos que están bajo la lupa de los huelguistas.
¿BOICOT A LA HUELGA?
En otro día más de huelga, Luis Taboada, de la CIG, subraya la unidad de todo el colectivo, que tras otro madrugón se ha presentado en la estación de buses “en la misma proporción de los primeros días” para protestar por la situación de la plantilla que Maitours, la concesionaria, subrogó de Tranvías de Ferrol.
Desde la concesionaria denunciaron en las últimas horas ataques contra la flota de buses, con la rotura de nueve lunas en cinco de sus vehículos víctimas de estos “ataques vandálicos” de los que se desmarcan por completo en la CIG. “Es una estrategia de la empresa. Nosotros no tenemos nada que ver de esos supuestos ataques”, subraya Taboada, al tiempo que recuerda que todos los movimientos de los huelguistas son seguidos de cerca por la policía “a la que tenemos todo el día aquí”.
“Estamos dejando operar a los servicios mínimos sin problemas. Hasta ahora no ha habido problemas”, insiste Taboada, que sin embargo precisa que hay “malas artes” por parte de la empresa para boicotear la huelga con el empleo de personal eventual o de Intercar, la otra empresa que conforma la UTE, para cubrir la totalidad de los servicios mínimos ya que, de otra forma, “no llegan”.
“Intentan con personal de la empresa que no está en huelga cubrir los servicios. El personal eventual se ve entre la espada y la pared, y lo entendemos. Cuando un trabajador entra nuevo y la empresa se pone en esa tesitura, no les queda otra”, comprenden desde el sindicato. De cualquier manera, inciden desde la CIG que es una maniobra que la empresa ha mantenido durante los días de huelga celebrados.
UN TRATO “DISCRIMINATORIO”
El conflicto no es ni mucho menos nuevo, aunque ha tardado años en estallar por completo. La CIG demanda a la empresa que aplique de una vez por todas el convenio provincial de transporte de viajeros, como hace en toda su plantilla salvo en el caso del personal que antaño prestaba servicio para Tranvías de Ferrol. Desde la empresa, en cambio, se apoyan en los fallos judiciales tras la denuncia interpuesta por la representación de los trabajadores, considerando que la aplicación del convenio que les aplican fue “refrendada” por una sentencia de 2021 del Juzgado de lo Social número 1 de Ferrol.
“Es una interpretación que ellos hacen de la sentencia. Dicen que para que se nos aplique el provincial debe ser sustituido por un nuevo convenio. Ese convenio no fue firmado, pero sí la parte económica del convenio, por lo que está justificada la aplicación de la parte económica por parte de la empresa”, insiste Taboada, que no entiende el por qué de esta decisión cuando “tendrán que pagar una serie de atrasos, y lo saben, desde enero de 2023”.
“Les dimos opciones. Fuimos al AGA y hubo una mediación. Si la empresa diese unas cantidades mensuales mientras no se firma el convenio podríamos haber llegado a un acuerdo”, sugiere Taboada. No obstante, se dan una serie de situaciones que hacen que la plantilla considere inadmisible el panorama actual: “No puede ser que un trabajador recién contratado cobre 400 euros más por el mismo trabajo que compañeros con 30 o 35 años de antigüedad. Es claramente un trato discriminatorio”.
“VA PARA LARGO”
Por otra banda, desde la CIG recuerdan que Alsa, junto con Monbus, forma parte de Transgacar, donde “bloquean la firma del convenio”, por lo que interpretan que todo está orquestado desde Alsa para “ahorrarse dinero a nuestra costa”. Al tiempo, los intereses de Alsa y Monbus, condenadas por repartirse el sector en Galicia con el conocimiento de la Xunta. “Alegan que el contrato da pérdidas. Pero este contrato ya fue adjudicado con una bajada temeraria y justificada por la empresa, pero ahora somos nosotros, los trabajadores, los que tenemos que pagar las consecuencias”, lamenta.
En estos momentos no hay ningún tipo de línea de diálogo abierta y Taboada razona que este es “un pulso” con una empresa cerrada en un conflicto que, estima, “va para largo”. “Aguantaremos aquí. Somos casi 40 trabajadores afectados subrogados de Tranvías de Ferrol, prácticamente la mitad de la plantilla”, detalla. El horizonte de los próximos días es que desde la CIG seguirán “haciendo presión” con movilizaciones como las celebradas hasta ahora.
“Llevo 20 años en la empresa y nunca había ocurrido nada parecido. La gente no está acostumbrada y se desespera, pero esto va para largo, por lo que tenemos que seguir con calma y manifestándonos dentro de los posible para que la ciudadanía nos entienda un poco”, zanja Taboada.
Escribe tu comentario