"Represalias" en Sargadelos: Segismundo solo deja trabajar a los que aceptaron consumir sus vacaciones
La fábrica sigue parada, pese a que la Xunta anunció un acuerdo para su reactivación inmediata. El motivo es que el empresario está castigando a la mayoría de operarios que no aceptaron consumir sus vacaciones tras decretar el patrón el cierre. Decisción que tomó enfadado tras notifiicarle Inspección de Trabajo 36 deficiencias, que conllevaron una multa pero que no implicaban la clausura de la planta. Para entender la nueva maniobra, hay que recordar que García es un empresario que tiene un historial de enfrentamiento con los sindicatos. De hecho, pese haber más de 100 empleados en la factoría de Cervo, nadie se atrevió a presentarse a las elecciones sindicales.
Solo la decena de trabajadores que aceptaron adelantar una semana de sus vacaciones ante el requerimiento del dueño de Sargadelos han sido llamados por la dirección este martes, un día después de que se anunciase un acuerdo entre la empresa y la Consellería de Emprego para poner fin a la situación que afecta a la fábrica de Cervo (Lugo) desde el pasado jueves.
Desde días antes, el administrador único de Sargadelos, Segismundo García, mantiene un pulso a la Inspección de Trabajo, que le pidió subsanar toda una serie de deficiencias en las instalaciones de producción de cerámica en las que dos trabajadoras han desarrollado silicosis.
En torno a las 11,00 horas de este martes, una decena de empleados que estaban en sus casas tras haber aceptado ir de vacaciones con apenas 72 horas de antelación han sido los únicos que se han reincorporado a la factoría, todavía sin actividad, puesto que la mayor parte de la plantilla de producción, en torno a medio centenar, ha seguido a las puertas sin noticias de la dirección. El propio Segismundo García ha abandonado el lugar sobre las 12,00 horas sin mediar palabra con ellos.
Así lo señalan distintas fuentes consultadas por Europa Press, en una jornada en la que representantes sindicales que asesoran a los empleados --sin comité de empresa después de varios conflictos laborales internos y quejas contra la dirección-- han denunciado que "sigue el esperpento", puesto que a última hora del lunes el propio Segismundo García confirmó que había llegado a un acuerdo con la Xunta --con el conselleiro de Emprego, José González-- para que la planta volviese a la actividad.
El representante de CC.OO. en el ámbito de la industria en la comarca de A Mariña, José Antonio Zan, ha considerado que "alguien se está riendo" de la Xunta y del conselleiro de Emprego. Por su parte, el responsable de la CIG Xorxe Caldeiro ha cargado igualmente contra la manera de proceder de esa Consellería.
Zan también se ha referido a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y ha instado tanto al Gobierno gallego como al central a actuar ante lo que está sucediendo en Cervo. De manera contraria, les ha recomendado "dimitir", toda vez que hay decenas de trabajadores a los que no se deja entrar a su puesto de trabajo en medio de un "esperpento".
Fuentes de los trabajadores entienden que la decisión adoptada por el empresario de solo dejar trabajar a los que pasaron por el aro de consumir sus vacaciones constituye una más de las serie de "represalias" que, dicen, llevan años sufriendo.
El Ministerio de Trabajo, por su parte, pidió una reunión al empresario la semana pasada, pero no consta que hubiese respuesta, lo mismo que sucede con la Inspección de Trabajo, a la que, a su vez, solicitaron un encuentro los sindicatos CC.OO., CIG y UGT para conocer el expediente laboral abierto a Sargadelos.
"POCO DE VOLUNTARIEDAD"
El pasado viernes, el propietario de la compañía llamó a trabajadores de tres en tres y les dio dos opciones: o bien firmar un documento según el cual aceptaban entrar a la fábrica bajo su responsabilidad o bien aceptar esta semana como periodo vacacional --algo, esto último, que en paralelo notificó a la Inspección de Trabajo--.
Una decena aceptó la primera alternativa y en torno a otros 10 empleados rubricaron la segunda propuesta, que, según censuran los sindicatos, "tiene poco de voluntariedad". Así las cosas, casi 50 trabajadores permanecen desde hace cuatro jornadas laborales a las puertas de la fábrica remarcando que "lo único" que quieren es "trabajar".
Algunas fuentes consultadas por Europa Press echan la vista atrás para comentar el "temor" que reina entre la plantilla, por decisiones que en su día tomó el empresario como la de despedir a la por entonces presidenta del comité, Rogelia Mariña, de UGT. Previamente, fue revocada por sus propios compañeros en medio de una serie de despidos.
Las últimas elecciones sindicales se celebraron en 2017 y, ya que por entonces la plantilla era inferior a 50 personas, se nombró a tres delegados --uno de ellos la propia Mariña, después despedida y readmitida por mandato judicial--. A día de hoy correspondería un comité compuesto por cinco personas. Nadie se ha presentado a constituirlo. Los proletarios están siendo asesorados voluntariamente por algunos sindicatos pero carecen de representación legal.
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