La moneda le sale cruz a Strand Larsen: dejó el Celta para "jugar en un buen equipo" y pelea por no descender

"Yo mismo sé que todavía tengo mucho que desarrollar, pero estoy un poco como un zorro en una caja. Todavía no he jugado en un buen equipo, así que el objetivo es llegar a un equipo que no siempre sea el inferior del partido". Las palabras de Jørgen Strand Larsen para la prensa noruega cuando se encontraba concentrado con su selección en marzo de 2024 escocieron, y mucho, en el celtismo. En su segunda temporada en Balaídos se destapó como el delantero que todos esperaban ver e hizo diana en trece ocasiones, una cifra que mejoraba los cuatro goles de su primer año y lo ponía en lo alto de la lista de deseos de muchos clubes europeos. Condenado a dejar el Celta de Vigo tras sus palabras y por las necesidades económicas de los celestes, Larsen dio el salto a la Premier League para, presuntamente, pelear por objetivos mayores que no descender, como había hecho en Vigo durante dos años. La realidad, un año después de sus palabras, es otra.

UNA GRAN VENTA; UN MAL RESULTADO

Larsen se fue "cedido" al Wolverhampton. Los Wolves lograron su contratación en una cesión con obligación de compra por cerca de 30 millones de euros, por lo que el Celta logró un beneficio de unos 20 millones con su venta. Xurxo, como apodaban en el vestuario vigués a Larsen, cumplía su deseo de ir a un equipo más competitivo y a un escaparate como el de la Premier después de demostrar su valía en La Liga. 

El Celta perdía a su artillero pero se reforzó con un ex como Borja Iglesias y mirando a la cantera, sacando de A Madroa a gente como Alfón o Pablo Durán para dar un salto de calidad en ataque. La jugada salió bien, pues el Celta de Caludio Giráldez ha cambiado la cara por completo y en nada se parece al equipo que el año pasado deambulaba por la zona baja de la tabla. De hecho, los olívicos están en la zona media de la tabla, con 33 puntos, a solo tres de la séptima plaza que, en teoría, dará acceso a jugar en Europa el año que viene, pues lo esperable es que el cupo de equipos españoles en Champios se amplíe a cinco.

Los vigueses no pierden la cara en liga con un equipo nuevo, mientras que el gran proyecto del Wolverhampton naufraga pese al desempeño de Larsen. La oferta no era mala -las posibilidades económicas de los Wolves superan, por mucho, a lo que podía darle el Celta-, pero lo cierto es que en lo deportivo no era la mejor de las alternativas visto el nivel en Inglaterra y los mimbres de su nuevo equipo. Los malos resultados se cargaron a Gary O'Neil, que no llegó a comer el turrón. Vítor Pereira mejoró un poco los guarismos de su predecesor y ha ganado cuatro partidos de los once que ha dirigido, sacando a los lobos del pozo. 

Sin embargo, entrando en marzo el Wolverhampton ya no tiene objetivos: eliminado de la FA Cup por el Bournemouth de Iraola, está solo cinco puntos por encima de Ipswich y Leicester, dos recién ascendidos que, como los de naranja, solo pueden pelear por la salvación. Europa está hoy a 22 puntos, lo que significaría doblar los dígitos que tiene hoy en su tabla. En lo que va de año solo han ganado dos partidos en liga y Larsen no ve puerta desde diciembre. El noruego ha marcado siete goles que, no obstante, solo han servido para arañar dos puntos, por lo que está lejos de ser el futbolista determinante que sí era en la ría de Vigo. 

LA PROFECÍA DE SOLBAKKEN

El Celta mira hacia arriba y el Wolverhampton mira al abismo. Las palabras de Strand Larsen se vuelven contra el delantero, que un año más solo podrá celebrar, como mucho, la permanencia de su equipo, un éxito que deja un sabor agridulce en la boca. Con él enfundado en la elástica celtiña, quién sabe por dónde andaría hoy el Celta, algo que ya predijo el seleccionador noruego, Stale Solbakken, justo después de las palabras envenenadas de su pupilo. 

"Yo tendría cuidado con eso, se lo dije a Jörgen. 'No te lances a algo que sea solo un poco mejor, o donde creas que el césped es solo un poco más verde, ahora que tienes un puesto en un club'", sentenció el preparador, considerando que el Celta tenía potencial para "llegar fácilmente a mitad de tabla en España el año que viene", un pronóstico que se ha cumplido. 

"Entonces, Jörgen jugaría a un muy alto nivel. Le he dicho a Jørgen que ahora tiene un puesto. Si surge algo que es mucho mejor, entonces debe hacerlo, pero también debe pensarlo detenidamente". Surgió algo que, en apariencia, era un poco mejor, al menos en lo económico. El tiempo ha terminado por dar la razón a Solbakken y quitársela a Larsen, que sigue sin saber lo que es "jugar en un buen equipo".