A Malata invoca al gol después de un arranque del Racing de Ferrol con la pólvora mojada

El gol es la salsa del fútbol. Es ese elemento impredecible y esquivo que puede provocar un terremoto con su epicentro en el estadio de turno. Esa improbabilidad, la del gol, es la que se resiste a aparecer en A Malata, donde después de tres partidos solo han podido celebrar dos dianas, las dos únicas ocasiones en las que el Racing de Ferrol ha visto puerta este año. En una ciudad de tradición militar como esta la pólvora está muy mojada y eso pasa factura a un equipo sólido atrás pero que, sin acierto, no ha podido celebrar todavía su primera victoria. 

EL RELOJ SIGUE CORRIENDO...

El cuadro departamental suma tres puntitos, los de los tres empates que alumbran su casillero. En la primera jornada Jauregi, por partida doble, hizo los dos únicos tantos de los ferrolanos. Desde entonces van ya más de 360 minutos sin festejos. Por contra, en los últimos 245 minutos no ha encajado gol en la meta de Jesús Ruíz, que se ha hecho amo y señor de la puerta verdiblanca. 

Con estos números, se respira cierta inquietud en la escuadra que dirige Parralo, que pese al desatino dispone de muchas ocasiones sobre la portería de sus rivales, aunque con un porcentaje pobre de disparos entre los tres palos en los cinco primeros partidos de liga. Así, echan en falta la buena relación de Álvaro Giménez con el gol después de los once chicharros que anotó el curso pasado. Jauregi, que arrancó como un ciclón, tampoco ha mantenido el nivel de revulsivo de su debut. 

Al tiempo, Parralo espera que Borrego y Vallejo se decidan a dar un paso al frente en los próximos duelos tras un flojo inicio, mientras otros que tienen el gol por castigo, como Señé o Bebé, última incorporación de los ferrolanos, van cogiendo ritmo, algo que puede costar a los más veteranos en el comienzo de las campañas. 

La próxima cita es este sábado contra el Albacete, un equipo que llega en horas bajas tras encadenar tres derrotas seguidas y que, como el Racing, está peleado con el gol. El choque pinta a ser carne de 0-0, aunque también podría ser el día ideal para destapar el tarro de las esencias. Esperemos que la fortuna se acuerde de visitar la ciudad naval.