Duki hizo gotear hasta al cielo compostelano en la clausura de O Son do Camiño
La intensa lluvia respetó el grueso de la jornada, pero tras las acutación del argentino la desbandada fue general.
Interior. Panadería del casco histórico de Santiago. Día. Una mujer de unos 60 años entra en el local con una aparatosa escayola en el pie derecho. "¡Ay, Susa! ¿Qué te ha pasado?", pregunta una de las panaderas. "Pues que me he torcido el tobillo", replica la interpelada. "¿No sería dando botes en el Monte do Gozo?". Las dos mujeres ríen. Yo espero turno para comprar una baguette que agarro con la mano en la que tengo la pulsera de O Son do Camiño. Durante tres días el festival, que solo lleva cuatro ediciones en la capital gallega, transforma por completo la ciudad de Santiago, que ve multiplicar su población, sus ingresos y su buena onda. O Son do Camiño es ya una tradición más en Compostela y otro motivo de peregrinaje que compite con la Catedral de Santiago en devotos.
La trascendencia del Son va más allá del puro impacto y retorno económico -multimillonario, según las cuentas de los últimos años-, sino que su relevancia viene sobre todo desde el marco cultural, ya que para Galicia supone una ventana al mundo contar cada año con artistas de la talla de Duki, Aitana o Royal Blood. Por el Monte do Gozo han pasado Lenny Kravitz, Liam Gallagher, Rosalía, The Black Eyed Peas, Martin Garrix o Residente, artistas que forman parte de la historia de la música, pero también ha sido el trampolín para artistas locales cuya proyección despega desde el escenario santiagués.
HAY TANTO QUE HACER...
En su jornada de clausura, Anaju, Nano., Dani y Chica Sobresalto fueron los primeros a salir a escena, encargados de calentar motores en la última fecha, a la que muchos llegaron con la gasolina justa pero todavía en quinta. Wos fue el primer artista internacional en desplegar su talento y dio paso al bloque más rockero, con Kaiser Chiefs y Royal Blood poniendo patas arriba los escenarios gemelos. 'Ruby' y 'Everyday I Love You Less and Less' fueron los temas más coreados por los incondicionales de la banda de Leeds, mientras que los de Brighton no defraudando recurriendo a éxitos como 'Figure It Out' o 'Trouble's Coming'.
Con todo, en O Son do Camiño hay tantas cosas para hacer que es inevitable perderse una o dos canciones. A lo mejor porque estás echando unas canastas, o "tatuándote" una botella, echando un beer-pong o participando en un concurso (no tenía ni idea de que el tema 'Cada dos minutos' era de la banda Despistados)... Los stands se reparten por aquí y por allá en un recinto inmenso, por lo que los estímulos más allá de la música son constantes.
No obstante, se quedaron vacíos cuando comenzaron a desfilar las vacas sagradas. Vetusta Morla, una de las bandas con más recorrido en el indie-rock nacional, repitió en el Son, donde ya habían lucído en 2019. Los de Tres Cantos, como ya hicieran hace cuatro años, sacaron todo el arsenal con 'Rey Sol', 'Maldita Dulzura' o 'Finisterre', tal vez el tema más esperado en la penúltima etapa del Camiño de Santiago. Con 'Copenhague' y 'Los días raros' se metieron definitivamente en el bolsillo a la parroquia de "camiñers".
AITANA SALIÓ CON RETRASO
Se fueron los madrileños y hubo que esperar un buen rato a que Aitana asomase la cabeza. La que podríamos considerar "Reina del Pop" nacional en estos momentos demoró su salida al escenario, para impaciencia de miles y miles de personas, en especial las muchas familias que acompañadas de niños y jóvenes querían ver al último gran producto de la factoría OT.
La catalana es algo más que otra "triunfita", ya que se ha convertido con sus insultantes 23 primaveras en una influencer de la música nacional, arrasando en las entregas de premios del mundillo o sonando una y otra y otra vez en las emisoras de radio-fórmula. No fue, sin embargo, un concierto memorable, porque muchos esperaban que alargase la actuación un poquito más después de los retrasos, lo que dejó la sensación al público de que el show les había sabido a poco.
Destacó en especial su estética cuidada y la coreografía, medida al milímetro en cada tema, y por los esfuerzos de Aitana de conectar con la platea hablando un gallego más que correcto y confesando su amor por Galicia. Lo que resulta indudable es la entrega de todo el Monte do Gozo con la considerada como gran cabeza de cartel de esta edición, que con '11 razones', 'Más', 'Formentera', 'Las Babys' o 'Mon Amour' dejó un ambiente muy cálido en Santiago.
LLUVIA Y ALEGRÍA
El de Duki no debería haber sido el último concierto de una edición que echó la persiana hasta el año que viene con Morten, pero el trapero argentino y las miles de personas que se dieron cita para verlo en directo por segundo año consecutivo pusieron el broche al festival frisando las 2 de la madrugada, momento en el que cayó una gran tromba en Santiago y mandó al público a casita o la tienda de campaña con una importante mojadura.
Los ponchos salieron de las mochilas justo después de 'Goteo', tema estrella del porteño, que este año sí tuvo el escenario principal para él solito. Menos íntimo que el de la edición anterior, eso sí, pero igual de intenso y emocionante. Así lo reconoció y se lo confesó al público, que le devolvió todo el cariño que ya le había brindado otras veces y que le seguirá brindando, ya que dijo que en Galicia está muy cómodo y quiere volver siempre que tenga oportunidad. Duki es querido en la comunidad gallega y parece que él también la siente como suya. Su última sesión con Bizarrap o 'She don't give a fo' fueron otros de los momentos que se hacen icónicos al ver a miles de personas cantando con una misma voz. Puro modo diablo.
El que se puso a gotear fue el plomizo cielo que a ratos hizo acto de presencia pero que fue apoderándose del sábado con el paso de las horas. La fiesta bresh, que prometía mucho y que arrancó por todo lo alto, se fue aguando a medida que el polvo se hacía lodo, pero no del bueno que nos dejó el viernes Xoel López, sino del que quieres salir. Mojados pero contentos muchos enfilaron la Rúa das Estrelas hasta los autobuses, agotados y sonrientes después de tres días de música y alegría en el centro de Galicia.
Es el pistoletazo de salida al verano y a los grandes festivales en una comunidad que de un tiempo a esta parte ha aumentado exponencialmente su oferta en este campo. Pese a eso, muchos corazones han puesto ya el contador a cero y miran con nerviosismo al reloj, que en ocasiones no pasa tan rápido como nos gustaría. Día 1 post Son. Ya solo faltan 364 para volver al Monte do Gozo, para volver a casa y que se hable de ello hasta en la panadería.
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