#Claves de la semana

Malestar de la familia de Diego Bello al dar el Ministro de Justicia de Filipinas rueda de prensa con los policías presuntos asesinos

El máximo responsable del sistema judicial filipino llevó a los policías sospechosos de asesinato a una de sus conferencias de prensa. Les prometió un juicio justo."Tendrían que estar en la cárcel, no en una rueda de prensa", valoran los familiares del surfista en una conversación con Galiciapress.


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El caso del asesinato de Diego Bello a manos de la policía de Filipinas dio un giro recientemente tras entregarse a las autoridades los tres policías sospechosos de acabar con la vida del joven coruñés.

 

Francisco Lafuente, tío de Diego, desgrana para Galiciapress los entresijos de este proceso judicial que parece arrancará el próximo marzo y que busca esclarecer qué ocurrió la noche en la que murió su sobrino. 

 

Si bien valoran positivamente la detención de los agentes, el tratamiento que recibieron por parte de las autoridades filipinas molesta mucho a la familia: "Tendrían que estar en la cárcel, no en una rueda de prensa". 

 

DOJ Sec. Jesus Crispin Remulla talks to the three cops who surrendered. Photo courtesy of Justice Assistant Secretary Atty. Mico Clavano
Jesús Remulla habla con los tres policías investigados durante una reciente rueda de prensa en Manila. Foto: Subsecretario de Justicia Atty. Mico Clavano

 

Han pasado ya más de tres años desde que en enero de 2020 unos policías filipinos acabasen con la vida de Diego Bello, el joven empresario y sudista coruñés que se encontraba residiendo en el país asiatico. Tres años de largas batallas y un farragoso proceso en un país dirigido durante ese tiempo por Rodrigo Duterte, un gobernante cuestionado internacionalmente por la represión ejercida en el país y por sus métodos en la lucha contra el narcotráfico, en el que la familia de Diego Bello parece ver ahora una luz después de la detención de los tres acusados, pendientes de someterse al juicio de las autoridades filipinas. 

 

Con la justificación de una operación contra el narcotráfico, los tres policías presuntamente mataron a Diego Bello a balazos en un suceso del que no se conocen todos los detalles, pero que desde la familia del joven siempre defendieron como un asesinato a sangre fría perpetrado por tres agentes corruptos que trataron de encubrir los hechos colocando pruebas falsas y acusando al empresario gallego de haber iniciado el tiroteo. 

 

Francisco Lafuente, tío de Diego, celebra la detención de los tres agentes, que se entregaron a las autoridades recientemente después de varios meses desde que se emitió la órden de búsqueda y captura de los investigados. “Lo recibimos con un sentimiento de que las cosas por fin se acercan a donde tendrían que estar”, afirma Lafuente.

 

El proceso judicial está previsto que se inicie el próximo 1 de marzo y desde el seno de la familia y la plataforma ‘Xustiza para Diego Bello’, que desde hace años se lleva movilizando para que lo ocurrido no caiga en el olvido, confían en que sea un proceso “en el que haya un intercambio de pareceres y se alcance un veredicto que, de determinarlos culpables, paguen por lo que han hecho según la legislación filipina, que es lo que nosotros siempre hemos pedido”.

 

El capitán Vicente Panuelos y los sargentos Ronel AzarónNido Boy Esmeralda son los procesados por el presunto montaje policial, pero siempre existió la sombra de la sospecha de que en este caso hay mucho más culpables, tal vez en esferas más altas de las autoridades filipinas. 
 

 

 

“Puede ser”, admite con resignación Lafuente, “pero de lo único de lo que tenemos pruebas es que esos tres policías mataron a Diego, y así lo reconocen y así figura en un informe de asuntos internos”. Lo que queda ahora por determinar son las circunstancias y si la muerte del coruñés fue a sangre fría o en defensa propia, como alegan los agentes filipinos. “Lo demás son especulaciones, aunque tenemos sospechas pero no pruebas”, recalca. 

 

UNA GUERRA QUE HA ACABADO CON 30.000 PERSONAS

Por el momento la confianza de la familia está depositada en que el proceso siga su curso y se puedan abrir nuevas vías en la investigación. Ya solo el hecho de que el proceso no se haya estancado y que se pueda celebrar el juicio resulta todo un hito en un país como Filipinas. Francisco pone en valor la decisión del juez César Pérez Bordalba, encargado de abrir las diligencias. 

 

“Si hubiese una condena a estos policías alguien tendría que dar explicaciones. Hablamos de una guerra contra las drogas que inició Duterte que según diversos organismos internacional provocó la muerte de más de 30.000 personas, ajusticiadas sin ningún tipo de juicio ni investigación”, reprende el tío de Diego, que resume la actuación policial en un “te cojo, te mato, te pongo algo de droga y ya eres un delincuente”, un modus operandi perseguido también por la Corte Penal Internacional sobre una ley que sigue vigente.

 

El de Diego es un caso relevante y muy mediático por las consecuencias internacionales que ha tenido, aspectos que, entre otros, motivaron a la familia a desplazar el expediente de Surigao hasta Manila, la capital, donde creen que podrán trabajar con más medios y en un mejor ambiente para los abogados del bufete filipino que se encarga de llevar el caso. 
 

"Si hubiese una condena a estos policías alguien tendría que dar explicaciones"

 

“TIENEN QUE ESTAR EN LA CÁRCEL, NO EN RUEDA DE PRENSA”

La expectación en el país es tal que se han vivido situaciones realmente berlanguianas, como el hecho de que hasta el propio embajador de Filipinas en España, en una carta remitida a la familia, muestre su confianza en que se haga justicia para Diego, algo que podría dar a entender el interés del país asiatico en ser ejemplarizantes con este caso. 

 

La carta de la embajada nos pareció un buen detalle y también ese recordatorio”, manifiesta Lafuente, para luego apuntar otro asunto que tiene a la familia especialmente preocupada, como es el hecho de que el ministro de Justicia, Jesús Remulla, se presentase en una rueda de prensa junto a los tres policías detenidos, una escenificación que no ha sentado nada bien en el entorno de Diego Bello.
 

Los propios medios del país asiático se hicieron eco de esa escenografía, en donde se trasladó a los agentes investigados que serían sometidos a un juicio justo. “¿Esto qué es? ¿El ministro de Justicia saca a tres prófugos a una rueda de prensa pública sin que haya nadie de la otra parte? No disimulan…Imagina que esto pasa aquí”, razona Lafuente, que insiste en que los policías detenidos “tienen que estar en la cárcel, no en un rueda de prensa”. 

 

Lafuente pronostica que será un proceso largo, “como también lo son en España, lo estamos viendo con el juicio del Alvia”, con muchos episodios rocambolescos, pero donde la familia de Diego va a mantenerse firme. La misma firmeza que mostraron con las administraciones públicas de España, con las que colaboró en todo este tiempo y con las que lograron llevar distintas actuaciones en el Parlamento de Galicia, el Congreso de los Diputados, el Senado e incluso en Europa. 
 

Tenemos que felicitarnos, también a los medios, porque hemos ido todos a una desde el principio”, valora Lafuente, que también recuerda cómo se volcó la ciudadanía en el proceso de recaudación de los fondos para poder asumir el coste de la defensa de Diego. “Vendimos desde rifas hasta la ropa que fabricaba Diego”, sostiene, sobre la marca Mamon, un juego de palabras entre el filipino y el castellano, y que ahora “viste casi toda Coruña”. 

 

 

MUCHOS POLICÍAS; UN SOLO DIEGO

Ahora las esperanzas pasan por que las pruebas sean lo bastante contundentes como para determinar la inocencia de Diego y la culpabilidad de los detenidos. El juez instructor decía contar con “pruebas sólidas” para poder acusar a los tres policías, entre ellos los documentos del NBI de Filipinas, “donde no se sostiene el argumento de la defensa propia”, entre otros motivos, por la trayectoria de los proyectiles que acabaron con la vida del empresario gallego. 

 

“Lo habían acribillado a balazos con disparos más propios de una ejecución”, considera Lafuente, mientras apostilla que no presentaron ni una sola prueba de la acusación de que Diego mantenía vínculos con el narcotráfico. “Ni registraron sus negocios, ni detuvieron a nadie, ni intervinieron sus cuentas corrientes… El atestado dice que fueron a su casa a la una de la madrugada, camuflados, a la puerta de su domicilio a ver si les vendía droga. Venga, es ridículo”, censura. 

 

Concentración para reclamar justicia para Diego Bello
Concentración para reclamar justicia para Diego Bello


“Había demasiados policías para un solo Diego”, lamenta con amargura la familia, que por el momento no contempla convocar más movilizaciones, si bien no descarta que si en el proceso advierten algún tipo de irregularidad puedan reiniciar de nuevo la protesta social para mantener la atención de los medios y la presión internacional. “Nos reconforta ver que la gente nos apoya”, aplaude Lafuente, sabedor de que la calle grita ‘Xustiza para Diego!’. 

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