El agua subterránea, un recurso que merece atención ante el cambio climático
Un experto reclama tener en cuenta los pozos de barrena en lugar de concentrar el abastecimiento en embalses.
Galicia cuenta con una importante reserva de agua subterránea todavía por explotar para hacer frente a periodos de sequía, ya que supone "tres veces más" que la embalsada. De hecho, con solo el 1% de los recursos de los acuíferos se podría abastecer al 40% de la población, en concreto a la más dispersa y situada en el rural.
En una entrevista con Europa Press, Juan Ramón Raposo, que cuenta con una tesis de la USC sobre los recursos hídricos gallegos subterráneos, lamenta que "la escasa planificación de aguas subterráneas es algo de siempre en Galicia", un recurso desaprovechado al que "no se le prestó especial atención por parte de la administración".
La dispersión de la población gallega es propicia para tirar de este tipo de recursos, pues "no son grandes masas de agua para ciudades o grandes núcleos", pero "son un recurso óptimo para abastecer al rural o villas de tamaño medio".
En su tesis presentada hace cinco años, ya estimaba que los recursos renovables de aguas subterráneas, solo en la demarcación Galicia Costa (sin tener en cuenta Miño-Sil) eran de 4.427 hectómetros cúbicos al año. A modo de ejemplo, la suma del agua embalsada en la primera semana de este 2018 en toda Galicia es de poco más de 1.800 hectómetros cúbicos.
RECURSO "DESPRECIADO"
Raposo dejó patente en su tesis doctoral que los recursos subterráneos han sido "despreciados en el planeamiento y gestión de las aguas por parte de la administración". En concreto, se refiere a cómo el Plan Auga de la Xunta se centra en la "tradición clásica de siempre en España", es decir, en "embalses", "abastecer a partir de aguas superficiales", "a pesar de que, incluso, tradicionalmente en las ciudades se usaba".
Además, remarca el ahorro económico frente a otras infraestructuras. "Es fácilmente imaginable que es mucho más costoso hacer una gran presa que unos pozos", ilustra, "sin contabilizar los costes ecológicos y de impacto ambiental".
A este respecto, explica que "los que le dieron un uso importante fueron las poblaciones a nivel particular". "Fue un poco como el 'far west' en el que cada uno hacía su pozo, se abastecía, pero por parte de la administración no hay control de los existentes", explica. "Hay cantidad de pozos que no están regularizados y tampoco se preocupan mucho en conocer y usar este recurso, que es un recurso importante", agrega.
"MÁS VULNERABLES AL CAMBIO CLIMÁTICO"
Y es que se prevé que los acuíferos gallegos "sean más vulnerables al cambio climático" por su tipología, con zonas rocosas fracturadas, en comparación con otras partes como el Sur de España, en donde cuentan con grandes masas.
En el caso de Galicia, los descensos de lluvias en los próximos años "no serán tan fuertes como en el Sur de España", pero al tratarse de "pequeños acuíferos que se desarrollan en las fracturas de las rocas" su "capacidad de almacenamiento de agua es relativamente pequeña y permanece corto tiempo".
Con todo, la afectación de la sequía sobre los acuíferos en los próximos años en Galicia será entre un 6% y un 12%, por lo que "no es terrible" frente a otras zonas de España.
VÍA POR EXPLORAR
Ante una situación de descenso de recursos hidráulicos es "más importante todavía diversificar" ese bien, por lo que "lo más lógico es que se prestase atención" al agua bajo tierra, que cuenta con "un volumen muy importante que no se está aprovechando".
Llama la atención, en conversación con Europa Press, sobre cómo la administración "tiende a ampliar las redes municipales de agua a zonas rurales que se autoabastecían", aunque eran captaciones artesanales, casi precarias".
"Sin embargo, lo que sería más interesante y más lógico sería no abandonar esos usos tradicionales y adaptarlos a la situación actual, mejorarlos", sostiene. "Eso pondría en nuestras manos un volumen de recursos importante que permitiría solucionar problemas", resalta.
"No es lógico extrapolar la situación de las grandes ciudades a pequeñas poblaciones", afirma, y más "cuando se da el caso de que Galicia cuenta con una población muy dispersa, que se adapta perfectamente a los recursos dispersos". "Parece ilógico concentrar recursos para luego dispersarlos", ni hacer un embalse con redes de transporte de agua de kilómetros para llevar agua a cada aldea, "en las que ya hay fuentes de agua".
Asimismo, deja claro que "no se pueden aprovechar todo", porque "no tendría ningún sentido", dado que este líquido "tiene una implicación ambiental y nutre los ríos", pero sería suficiente con una pequeña parte. "Tampoco se puede montar en toda Galicia un campo de bombeo".
Tras unos días en los que Galicia recupera sus reservas de agua, pese a continuar en alerta por sequía, Raposo deja la reflexión final de que "es interesante no pensar en el agua solo cuando falta, sino cuando hay de sobra".
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